Nadie pisa el ramo de flores que han depositado en las placas memoriales de la Plaza de Alemania confluencia con Ronda de San Torcuato en recuerdo a las víctimas zamoranas deportadas a los campos nazis entre 1941 y 1945.
A pesar del trasiego de gente en una de las calles más transitadas de la ciudad, los zamoranos respetan y desvían el paso para que el ramo se mantenga intacto en homenaje a esos hombres que vivieron el horror nazi y dejaron un testimonio de sufrimiento, pero también de valor y superación de aquellos que lograron sobrevivir.
Las flores también "obligan" a los transeúntes a bajar la mirada y conocer los rostros y nombres de las víctimas de los campos de concentración.
El ramo está colocado sobre la placa de Carlos Redondo Flores, héroe de la guerra de Filipinas y militar que destacó por su coraje y ascendió a coronel. Leal a la República, primero sufrió el exilio, después la deportación a los campos de muerte de la Alemania nazi. Murió en Dachau, a más de 1.500 kilómetros de donde hoy hay una placa en su memoria.
El coronel se exilió a Francia en 1939 y fue arrestado en Burdeos en 1944, año en el que fue deportado a Dachau. Flores murió en la noche del 8 al 9 de marzo de fiebre, lleno de piojos y de hambre. Un superviviente del campo de Dachau, el coronel García Miranda, rememora que el militar zamorano falleció hablando de sus hijos y abrazado a él.