Los niños de primero, tercero y cuarto de primaria del Colegio Siervas de San José han deleitado al obispo y a todos los paseantes de esta fría mañana de diciembre con un villancico unido a una coreografía simpática y divertida.
Un agasajo que el obispo ha agradecido de sobremanera y que ha dejado sus quehaceres para disfrutar de la compañía y el calor de todos los pequeños que han cantado frente a la sede provisional del Obispado en la calle Ramos Carrión.
Un gesto de cariño hacia el que es desde hace ya un año Obispo de Zamora Monseñor Valera, un hombre cercano y que ya inmerso en la capital y en la provincia como uno más, agradecía este tipo de muestra espontánea hacia su persona. Un año bien merece un villancico.
El pastor de los zamoranos recibe lo que da, cariño e interés por los problemas de los habitantes de Zamora.
