sábado. 20.04.2024

La nueva tanda de pinturas murales llama la atención en la capital, y van llegando a sus momentos finales en la realización. Tanto el mural de la subida de la cuesta de la Morana como el de la calle Arapiles no dejan indiferente al transeúnte.

En especial este mural que rememora años pasados y objetos que recuerdan tiempos quizá no mejores pero si diferentes en los que lo analógico mantenía a los jóvenes en otras dimensiones más cercanas.

Los cliks de Playmóvil ahora, los vinilos, casettes o dicsmans hacían felices a los que en los 80 y 90 se encargaban de ser hoy día los empresarios y generaciones de futuro.

Momentos de ACID HOUSE y de bolis BIC, de fotos en polaroid....solo hay que pasar, pararse y dar rienda suelta a la imaginación y al recuerdo.

Al final y como ruta turística los murales llenarán la ciudad, siempre mejor que los "pintajos" que sigen apareciendo en una ciudad que necesita un lavado de cara en lo respectivo a los "grafittis y grafiteros". 

Aún no hemos visto la máquina que se prometió comprar para borrar esos molestos impactos que para nada consiguen lo que estos preciosos murales que decoran los paseos de las calles de Zamora.

Las imágenes de nuestra infancia, los ochenta y noventa en la pared de la calle Arapiles