martes. 19.03.2024

Pablo Rodríguez, el filólogo que estudia las hablas tradicionales de Zamora: "En menos de 50 años ya no habrá hablantes"

Graduado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, este joven zamorano comenzó a "sumergirse" el año pasado en un primer trabajo dialectal por Sayago que ahora extiende por varias comarcas más con el fin de conocer la conciencia lingüística que los habitantes del occidente tienen sobre el leonés

Califica de "catástrofe cultural" la desaparición de los pueblos de la que avisa la España Vaciada porque "cuando un pueblo desaparece, se lleva con él todas sus tradiciones"

Entre sus proyectos destaca crear un blog para compartir todos los datos que va recogiendo en sus investigaciones

 

 

Pablo
Pablo Rodríguez Pérez

-¿Cuál es la razón por las que has decidido hacer esta investigación? 

-Este proyecto lo tenía en mente antes de embarcarme en mi primer trabajo dialectal por Sayago el año pasado. Sin embargo, sabía que necesitaba tiempo para asentar la base de un trabajo que conlleva muchas exigencias, preparación y paciencia. Para mí, poder aprovechar mis conocimientos filológicos para el estudio de temas relacionados con la provincia de Zamora es una enorme satisfacción. Por otro lado, quería de alguna u otra forma continuar con el legado que nos han dejado importantes dialectólogos en el estudio de esta tierra, y por supuesto, transmitir la situación lingüística actual de las hablas zamoranas en un momento complicado para los pueblos zamoranos. 

-¿Qué comarcas pueden participar y por qué esas en concreto? 

-En principio busco personas que hayan nacido o se hayan criado durante su infancia en pueblos de Sayago, Aliste, La Carballeda, Sanabria, Tábara, Benavente y Los Valles. La extensión geográfica que he elegido tiene su explicación, pues es en estas zonas donde más conclusiones puedo extraer de la situación actual de las hablas tradicionales de influencia leonesa. Por el momento, la participación está siendo mejor de lo que pensaba. Sé que la gente de estas zonas está muy comprometida con la cultura de sus pueblos, y esto se está viendo en las respuestas que están ofreciendo.  

-¿Cuántos encuestados necesita para que la muestra ofrezca datos fiables" 

-En cuanto a las muestras que necesito, lo ideal sería alcanzar el número de 150, porque al ser una encuesta online, no tendrá la misma rigurosidad que un trabajo de campo, puesto que aquí puedes controlar mejor la situación, teniendo de frente a tu informante. Hacer una encuesta de este tipo es muy complicado, puesto que tienes que contar con una multiplicidad de factores, como, por ejemplo, la comodidad del informante o lo condicionado que esté debido a la situación de formalidad. No es lo mismo cuando hablan con una persona que no conocen que cuando hablan entre sus pares, por eso es necesario crear un clima lo más cómodo posible. En la encuesta online, sin embargo, no puedo ver a la persona que está contestando, y por lo tanto tendré que hacer un análisis lo más profundo posible para saber lo que la persona me quiere decir y lo que verdaderamente transmite y eso complica mucho la investigación, pero estoy seguro de que este trabajo obtendrá buenos frutos. 

-¿Cuál es actualmente la implantación del leonés en la provincia de Zamora? 

-La situación actual del leonés en Zamora es bastante complicada por muchas razones. La vida en los pueblos ha cambiado mucho en un siglo, desde la llegada de figuras importantes en el estudio de estas hablas como Fritz Krüger. El cambio social encadena un cambio en el uso de la lengua; pues, al fin y al cabo, se trata de un producto social. Hay muchos investigadores que se han interesado por la situación del leonés y sus variantes en los últimos años. Por ejemplo, Julio Borrego Nieto, quien es un apoyo incondicional y se implica mucho por mi trabajo, estudió con mucho detalle el dialecto sayagués, plasmado en su libro Norma y dialecto en el sayagués actual (1981), además de sus colaboraciones en el análisis general del asturleonés en Zamora. También destaco el trabajo de Juan Carlos González Ferrero, entre otros. 

-¿Y el sanabrés se puede considerar una lengua? 

-El sanabrés más que una lengua es una variante del propio leonés. Sí que es verdad que a priori es la zona que mejor conserva los restos leoneses, aunque con el tiempo estén cayendo en el olvido. Pidal enmarcó Sanabria dentro de la zona del leonés occidental, y Julio Borrego la catalogó como zona 1, puesto que se trataba de una zona muy característica e importante en el estudio del leonés. Sería muy interesante hacer un análisis sobre el estado actual del sanabrés, apoyándonos en el legado que nos dejó el alemán Krüger. Es una de las ideas que tengo de cara al futuro. 

-¿Y el gallego?

-En cuanto al gallego, es una lengua que sale fuera de su demarcación política, pudiendo apreciarse su uso en algunos pueblos de la alta Sanabria. Actualmente está algo más protegida que el leonés o asturleonés, aunque no goza del suficiente respeto y protección posible para que sus vecinos se sientan reconocidos. Hay asociaciones en Sanabria que realizan una labor exquisita en cuanto a la protección de su patrimonio lingüístico, algo que agradezco y admiro. Zamora tiene una riqueza lingüística que debemos valorar y por supuesto, proteger. ¿Qué sería de Zamora sin la cultura de sus pueblos? 

- ¿Desaparecerán estas lenguas con la siguiente generación? ¿Es una lengua de personas mayores, los jóvenes creo que la desconocen? 

-Desgraciadamente el futuro del leonés en la provincia no es muy halagüeño, y si a esto sumamos la falta de protección oficial, en un periodo de 50 años, no sé si ni siquiera en Sanabria quedarán hablantes. De hecho, considero como muchos especialistas que lo que queda es un castellano con algunos rasgos característicos del leonés. Creo que lo primero que debemos hacer es preocuparnos por el futuro de los pueblos e intentar paliar la complicada situación que viven, porque sin habitantes, poco podremos hacer por transmitir su habla entre las futuras generaciones.  

Conozco de primera mano cuál es la situación en Sayago, donde perviven restos morfosintácticos y léxicos en los hablantes más mayores. Algo que me emocionó mucho fue conocer a una informante de 100 años que mantenía incluso rasgos fonéticos. Sin embargo, desgraciadamente estos rasgos de los que he hablado son percibidos por muchos jóvenes como vulgares o propios de personas mayores, y prefieren utilizar formas propias del castellano normativo. Pero esto no ocurre en todos los casos, pues hay muchos jóvenes que optan por hablar y utilizar las palabras propias de su zona sin tapujos, mostrando valentía ante la implantación del castellano. 

-¿El resurgir de la España Vaciada puede poner en valor estas lenguas? 

-Creo que la prioridad ahora mismo es evitar que muchos pueblos de estas comarcas desaparezcan, porque esto conllevaría una pérdida gradual del habla, terminado en la desaparición total. Para mí, esto es catastrófico a nivel cultural, porque cuando un pueblo desaparece, se lleva con él sus tradiciones, su cultura y, por lo tanto: su habla. Ahora bien, todo pasa por aplicar planes contra la despoblación que sean eficaces y tengan en cuenta las propuestas de los vecinos de estos municipios. Hay que concienciar a la gente joven de la calidad de vida que tienen los pueblos con respecto a la ciudad, y hacerles saber que son los herederos de la historia que sus antecesores han construido. 

Pablo Rodríguez, con uno de los participantes en su encuesta

-El caso de Lubián que ofrece clases de gallego a sus escolares ¿se podría extender a otras poblaciones o es un caso aislado? 

-Es un buen caso de compromiso con su cultura, y por supuesto esto podría usarse como ejemplo en el caso del asturleonés, “protegido” por el propio estatuto de Autonomía, pero que no cuenta con la visibilidad necesaria para calar entre las nuevas generaciones. La escuela es un buen medio para transmitir la cultura de los pueblos, y sería muy interesante proponer que en estas zonas los estudiantes tengan la oportunidad de conocer la historia, la lengua, y, por ende, la cultura de sus municipios, para que de esta forma tengan conciencia del enorme patrimonio que hay en estas comarcas. 

-¿Cuándo piensa terminar la encuesta y donde se publicarán los resultados? 

-Tengo previsto dejarla publicada aproximadamente en un mes para dar un margen a los últimos rezagados. Después, vendrá una dura tarea de analizar todos y cada uno de los datos que mis informantes han compartido conmigo. Además, seguiré empapándome de bibliografía, para saber más sobre el modelo social de estas comarcas, y tratar de hacer un trabajo lo más aproximado posible a la realidad. En cuanto a su publicación, aún no sé la fecha estimada, todo dependerá de la cantidad de muestras a analizar y el tiempo que tenga a la hora de compaginar estos proyectos con mis estudios actuales.  

- ¿Tiene algún otro proyecto lingüístico en mente? 

-Claro, llevo un tiempo pensando en poner en marcha muchos proyectos. Entre ellos, la creación de un blog en el que pueda subir aquellos datos de interés que vaya encontrando. Al fin y al cabo, mi objetivo es compartir la vocación que siento hacia las hablas tradicionales, y seguir aprendiendo de sus gentes. El año pasado comencé con esta aventura y espero seguir creciendo poco a poco. La tarea del investigador es muy difícil y soy consciente de que hay muchas cosas que debo mejorar para poder seguir ayudando a transmitir estas hablas. Sin embargo, saber que cuento con el apoyo de mi familia, amigos y personas importantes como Julio Borrego Nieto me impulsa y motiva a seguir haciendo lo que más me gusta, y compaginarlo con mi futura profesión docente. Me gustaría mostrar mi absoluto agradecimiento a todas las personas y asociaciones como Furmientu que están poniendo su granito de arena para poder sacar adelante el proyecto y visibilizar mi trabajo. 

Enlace para participar en la encuesta

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