En el corazón de la provincia de Zamora, la Ruta del Vino invita a explorar no solo el rico paisaje vinícola, sino también la esencia cultural que define la Denominación de Origen Tierra del Vino de Zamora. Este territorio, que abarca 1.800 kilómetros cuadrados, es una fusión de historia, tradición y enoturismo que envuelve al visitante en una experiencia sensorial única.
Septiembre es el mes crucial para la vendimia en la región, cuando las viñas, cuidadas con esmero durante todo el año, ven sus frutos recogidos. 'La Tempranillo', variedad reina entre las tintas, ofrece vinos con cuerpo, aptos para crianzas y reservas de gran calidad. Las cepas viejas que predominan en estas tierras producen cantidades modestas, pero de una calidad inigualable, asegurando un sabor auténtico y profundo. Aquí, no se busca cantidad, sino calidad, cuidando cada racimo como un tesoro.
La vendimia no es solo un momento agrícola, sino un reflejo de una tradición profundamente arraigada. La Ruta del Vino de Zamora, certificada desde 2021, ofrece a los visitantes la oportunidad de participar en esta tradición, conectando con bodegueros que comparten la historia y la pasión por la tierra. En esta ruta, el vino es el hilo conductor, pero el viaje incluye mucho más: la posibilidad de descubrir queserías artesanales, obradores de chocolate, alojamientos rurales y los paisajes llenos de arte románico que rodean las viñas.
La Denominación de Origen Tierra del Vino de Zamora protege y certifica la calidad de los vinos producidos en la región. Los vinos tintos son especialmente conocidos por su capacidad de envejecimiento, mientras que los blancos, como 'el Verdejo' o 'la Malvasía Castellana', ofrecen frescura y complejidad aromática. Estas variedades reflejan la diversidad y riqueza del territorio zamorano.
