La vieja Castilla nos ofrece desde hace siglos una riqueza cerealista sin igual. La meseta, plagada de molinos ofrece una materia prima para elaborar uno de los alimentos más característicos de la región: el pan. La evolución en la era industrial trajo consigo un avance en los métodos de elaboración de este manjar, convirtiéndose en una importantísima actividad económica en la provincia de Zamora.
Hace ya casi un cuarto de siglo, varias fábricas zamoranas decidieron asociarse para fabricar una harina cuya mezcla estuviera dedicada de forma exclusiva a la fabricación de panes de elaboración artesana, el adorado pan de pueblo. Este fue el inicio de la Asociación Harina Tradicional Zamorana, encargada de recuperar los procesos y sabores olvidados del viejo molino tradicional, regresando a los sabores de antaño, olvidados y ahora recuperados en distintos tipos de molienda.
La mezcla contiene de forma proporcional harinas procedentes de varias fábricas de la provincia de Zamora más otra molturada por un viejo Molino de Piedra. El resultado, la mejor materia prima para elaborar pan artesano de sabor y aroma tradicional, con una miga más consistente y sabrosa sin la adición de mejorantes panarios. Todo a la antigua usanza.
Harina Tradicional Zamorana se engloba dentro de los Alimentos de Zamora, la marca creada por la Diputación Provincial que ayuda a proteger y potenciar los alimentos singulares que da esta tierra, y que ganan terreno en los supermercados, restaurantes y cocinas de toda España.
Con la creación de esta harina se ha apostado, además, por productos ecológicos, en los que se fomenta el cultivo de trigo ecológico y autóctono de la provincia de Zamora, lo que se traduce en un impulso a la agricultura tradicional de la provincia. Entre las que se producen, actualmente harinas especiales, ecológicas, sin gluten, premium, dorada...
Entre los elaboradores de esta marca encontramos Carbajo Hermanos, S.A., Coperblanc Zamorana, S.A., Molino de Piedra en Cerecinos de Campos, Gabino Bobo, S.A. y Molinos Zamoranos, S.A., los cuales han conseguido construir un producto nostálgico, convirtiéndose en un exponente de calidad.