Sanabria se llenó de turistas en el fin de semana de los Santos, en los días de truco o trato pero que en nuestras comarcas tienen más que ver con los Santos, los días de los muertos e incluso la Santa Compaña. No ha sido por las campañas turísticas de estas fechas que brillan por su ausencia y que no se publicitan como debieran, aunque se piense que Zamora se conoce como destino turístico, se sigue esfumando esa afirmación cuando viaja en estas fechas y pregunta si conocen Zamora. 
La estacionalización y la Semana Santa han sido siempre el baluarte, pero el turismo desestacionalizado aún es el mayor handicap con el que cuenta la provincia. Un Madrid que se queda desierto en los Santos ayer noche montaba un espectáculo insólito y aún con un chaparrón importante la capital de España tuvo un centro prácticamente impracticable.
Portugueses, gallegos, muchos madrileños y también vecinos del sur de España no han querido dejar pasar un fin de semana de Puente que concluye esta tarde con los típicos embotellamientos de entrada a las grandes ciudades que se han quedado vacías una vez más.
Las ganas de salir, de divertirse y de disfrutar han ganado terreno a la cumplida visita al camposanto para recordar a los que ya no están. La pandemia ha dado muchos motivos para ello, la tristeza del cementerio en muchas ocasiones se ha dado la vuelta buscando unos días en la playa en la montaña o en el pueblo. Muchas veces se "hila" el fin de semana de los santos para visitar tumbas y recordar pero también para darse el tiempo que se perdió en pandemia a los amigos, y a los lugares en los que se sabe que aún con mal tiempo el paseo y la vista es todo un espectáculo
Caminos y senderos con demasiada agua daban paso a la visita a Puebla y a su Castillo que en este fin de semana ha tenido largas colas para poder visitarlo. El arrabal y toda la zona superior de la villa se ha visto inundada de visitantes ávidos de un buen paseo, buenas vistas y por supuesto una suculenta comida, unos habones, un buen chuletón o esos boletus que da la tierra y que son verdaderos manjares de dioses.
Hoteles y casas rurales casi completos para cerrar un mes de octubre e iniciar uno de noviembre que pone la guinda a un pastel que cierra una temporada la de verano y medio otoño que han dado muchas satisfacciones a los hosteleros como ellos mismos confiesan.
Este año la recuperación aún con restricciones ha dado muy buenas cajas y porcentajes de pernoctaciones, superando en muchos casos las cifras de 2019. El Castillo en estos días de Puebla de Sanabria ha sido un verdadero hervidero, y la oficina de Turismo de Puebla así lo corrobora, los hosteleros aunque siempre con el lastre de dos años a medio gas y en muchos casos cerrados, ahora levantan cabeza y dan incluso opción a nuevos proyectos. La mentalidad tras la pandemia ha cambiado y las ganas de salir y visitar el interior y sobre todo disfrutar de lo que no se pudo en dos años es ahora la meta. 
Zamora capital incluso era un atasco de visitantes en estos días, que no encontraban sitios para comer o cenar en el centro ni tampoco en el extrarradio, todos los restaurantes tenían un completo claro desde las 21:00 horas y muchos doblaron sus servicios.
