El Museo Diocesano de Zamora ha abierto este lunes 23 de junio las puertas de su XIX Exposición Temporal con una muestra singular y refinada: 'Cobres pintados en la diócesis de Zamora'. Esta exposición, enmarcada en las celebraciones del Año Jubilar de la Esperanza, ofrece un recorrido por la técnica pictórica sobre lámina de cobre, una práctica menos conocida pero profundamente evocadora del arte sacro de los siglos XVI al XVIII.
El acto inaugural ha contado con la presencia del obispo, don Fernando Valera, y del técnico del museo, Manuel Benito, quienes han compartido con los asistentes no solo el valor patrimonial de las piezas expuestas, sino también la dimensión espiritual y cultural de esta iniciativa.
En su intervención, el obispo Valera ha subrayado que “la Iglesia nunca ha sido ajena al lenguaje del arte”, recordando cómo a lo largo de la historia la belleza ha sido un camino privilegiado para el anuncio del Evangelio. “El arte toca el corazón, despierta preguntas interiores y ofrece un espacio de diálogo que trasciende la palabra”, afirmó, invitando a los zamoranos y visitantes a dejarse interpelar por estas obras como puertas abiertas al misterio y al encuentro con la esperanza.
Por su parte, Manuel Benito ha explicado con detalle las características técnicas de esta modalidad artística. Pintar sobre cobre, explicó, exige una preparación especial de la superficie, frecuentemente con imprimaciones de jugo de ajo y blanco de plomo que, junto con la naturaleza lisa y no absorbente del metal, produce un acabado brillante y esmaltado, distintivo de estas obras. Si bien es una técnica conocida desde el Renacimiento, Benito destacó su uso más extendido durante los siglos XVI y XVII, impulsado por la disponibilidad del material y su portabilidad.
La exposición reúne una veintena de obras procedentes de diferentes templos y colecciones particulares. Entre las piezas destacadas se encuentra un Cristo Salvador atribuido a Juan Sánchez Cotán y un San Miguel Arcángel de José Velasco. También se presentan obras anónimas flamencas, italianas y españolas, todas ellas centradas en la temática religiosa, muy habitual en este tipo de soporte.
Llaman la atención, además, los marcos originales, como las molduras rizadas de estilo holandés, y la presencia de reproducciones de grabados que muestran los modelos usados por los pintores, algunos de los cuales no eran maestros de primera línea, pero encontraban en estas copias una forma de aprendizaje y difusión.
'Cobres pintados en la diócesis de Zamora' podrá visitarse durante al menos seis meses en el Museo Diocesano, con la posibilidad de prórroga. Se trata de una oportunidad única para redescubrir un capítulo singular del patrimonio artístico y espiritual de la diócesis.
Como dijo el obispo Valera, “nuestra tarea evangelizadora no puede desligarse del cuidado de aquello que eleva el espíritu”. Esta exposición es, sin duda, una invitación a dejarse elevar.
