Zamora vivió este pasado sábado una jornada llena de emoción y cultura con motivo del hermanamiento con la ciudad palestina de Bet Jalaj, que trajo a la capital zamorana un pedacito de Palestina. La Plaza Mayor se convirtió en el escenario de una celebración que combinó poesía, tradición, música y danza.
La jornada comenzó en la carpa instalada en la plaza con una lectura de poesía de autores palestinos, en la que se rindió homenaje a la literatura de un pueblo que sigue luchando por su identidad y su derecho a un Estado propio.
A continuación, el público pudo disfrutar de un desfile de vestidos tradicionales palestinos, una muestra colorida y simbólica de la riqueza cultural y artesanal de Palestina. Las telas, los bordados y los diseños reflejaron la historia y la diversidad de sus regiones.
Tras el desfile, se procedió a la lectura de un manifiesto en favor del entendimiento, la paz y la solidaridad entre los pueblos. La jornada concluyó con la actuación musical de Luis Farnox y Alma Sanz, que pusieron ritmo y emoción a la tarde, y con una exhibición del baile tradicional palestino “Dabke”, interpretado por el grupo Tarwida Dabke, que hizo vibrar al público con su energía y simbolismo colectivo.