La cofradía, compuesta por más de 130 hermanos, se unió para conmemorar este día tan especial. Tras la emotiva misa y la imposición de medallas a los nuevos siete hermanos que se unen a la cofradía en este año 2024, llegó el momento más esperado: la procesión.
Para Agustín Arias Amores, presidente de la cofradía, esta celebración va más allá de simples tradiciones; es una verdadera familia de personas unidas por la fe y la devoción. Aunque no todos los miembros son agricultores, la esencia es mantener viva la esencia de la hermandad y avanzar juntos, paso a paso.
Bajo la dirección del parroco Pedro Juan Serrano, la procesión se adentró por las calles del barrio, llevando consigo las imágenes de San Isidro y la Virgen de la Cabeza. El recorrido culminó en el alto de San Isidro, donde tuvo lugar la solemne bendición de los campos, una tradición arraigada en la comunidad.
Los hermanos de la cofradía cargaron con devoción las imágenes sagradas, mientras que el ambiente se impregnaba de cánticos y oraciones. La procesión ascendió por la parte alta del barrio, llevando consigo la bendición y el fervor de todos los presentes.
La subasta de los santos, un gesto cargado de simbolismo y generosidad, precedió el retorno al templo de origen, completando así una jornada llena de tradición y fe. Una vez más, la comunidad cumplió con la tradición, honrando a San Isidro Labrador con devoción y alegría.
GALERÍA DE IMÁGENES