El PP aspira a gobernar sin depender de Vox que reclama su parte, mientras el PSOE se plantear abstenerse

Mañueco ha evitado hablar de "líneas rojas" respecto a Vox aunque sí a aludido a ciertas materias que ve consolidadas en Castilla y León y que chocan con el programa de la formación de García-Gallardo
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Las fichas han comenzado a moverse rápido en el primer día de resaca electoral. El reloj corre y las formaciones comienzan a plantearse sus próximos pasos habida cuenta de la actual situación que ha dibujado la jornada electoral del domingo en Castilla y León. El PP y Vox serían la única alianza que permitiría sumar una mayoría absoluta en las Cortes, si bien esa opción no parece a priori la favorita de la formación liderada en la Comunidad por Alfonso Fernández Mañueco, que ya ayer en el discurso tras conocer los resultados prometía hablar con todos. 

La intención firme del PP es tratar de gobernar sin depender de nadie, para lo que haría falta la abstención de un PSOE que parece estárselo cuestionando tras los malos datos cosechados ayer y tras los que se han quedado con 28 de los 35 procuradores que tenían hace tres años, cuando se erigieron como primer fuerza política en la Comunidad. Ahora, los de Luis Tudanca podrían facilitar con su abstención que Mañueco siguiera en la Junta sin Vox, algo que no agrada a la formación emergente que reclama si derecho a ocupar el mismo puesto en el que en su día estuvo Ciudadanos. Así lo ha dado a entender la secretaria de Organización del PSOE de Castilla y León, Ana Sánchez, quien ha asegurado que el partido tiene que hacer una lectura "sosegada y tranquila" tras los comicios. 

Juan García-Gallardo aseguran que se mantienen abiertos a negociar con el PP, pero ha advertido que "si bien no pueden imponer la integridad de su programa, no son ni más ni menos que otros partidos en anteriores legislaturas" y advierten que van "a hacer valer sus votos". La formación verde asegura que su mano está tendida para ofrecer un cambio en Castilla y León. 

La opción de una repetición electoral parece no estar sobre la mesa de Mañueco que ya sabe de antemano que no cuenta con el apoyo de su antiguo socio de Gobierno, representado ahora por Francisco Igea, que ha acusado, al igual que el PSOE de convocar unos comicios que sólo han servido para "abrir la puerta a la ultraderecha". 

Por el momento, el popular apuesta por llamar a todas las formaciones, incluyendo a Vox, si bien continúa evitando hacer menciones directa a dicha formación. Niega que existan "líneas rojas", si bien ha reconocido que existen ciertas cuestiones que ya están consolidadas en Castilla y León y que que chocan con el programa de la formación de García-Gallardo. Cuestiones como el diálogo social con patronal y sindicatos o la educación concertada y la libertad de elección de centro son ampliamente defendidos por el PP como garantes del buen funcionamiento de la Comunidad a nivel laboral y educativo, por lo que Mañueco ha evitado referirse a "líneas rojas" y ha apostado por hablar de "problemas y soluciones" para el conjunto de la tierra. 

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