Famosas por sus trufas, las clarisas de Belorado y Orduña han protagonizado un levantamiento sin precedentes al anunciar su separación de la Iglesia Conciliar por motivos económicos. En concreto, la decisión, comunicada por la madre abadesa a través de un comunicado, lo relaciona con las disputas sobre el monasterio de Orduña sobre el que aseguran que Roma ha rescindido contrato de compraventa "sin previo aviso" al tiempo que les ha denegado la "licencia de venta del convento de Derio".
Una decisión que ha llevado a las hermanas pertenecientes a la Orden de Hermanas Pobres de Santa Clara a unirse a la Iglesia Católica bajo la tutela del Obispo Pablo de Rojas Sánchez-Franco, que fue excomulgado por Mario Iceta cuando era obispo de Bilbao. Este movimiento, reflejado en un manifiesto de 70 páginas, ha desconcertado a las autoridades eclesiásticas de Burgos y Vitoria. "Nos van a denominar herejes y cismáticas, locas y muchas cosas más".
El texto declara la adhesión al sedevacantismo, creencia que considera a todos los Papas posteriores a Pío XII como "herejes usurpadores". Además, denuncia el Concilio Vaticano II y la actual estructura de la Iglesia católica, proclamando la sumisión al Obispo Rojas.