La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio y la Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León (MIMCyL) han mantenido este lunes una reunión de trabajo centrada en analizar las consecuencias de los graves incendios registrados en agosto y en diseñar estrategias conjuntas que fortalezcan el sector forestal de la Comunidad.
El encuentro estuvo presidido por el consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien expuso la situación vivida este verano y recordó las últimas normas publicadas por la Junta en materia forestal, entre ellas los decretos sobre cambio de uso, aprovechamiento de montes privados o planificación forestal. Asimismo, avanzó las medidas que ya se están aplicando y las propuestas en marcha a corto, medio y largo plazo.
Por su parte, la MIMCyL valoró positivamente la información recibida y la disposición de la Junta a buscar consensos. Ambas partes coincidieron en que la prevención de incendios extremos requiere un trabajo riguroso, apoyado en expertos, propietarios y empresas del sector.
Durante la reunión se subrayó el potencial de creación de empleo y riqueza del ámbito forestal en Castilla y León, y se destacó la urgencia de potenciar una gestión forestal profesional. Entre las prioridades fijadas figuran la integración de lo forestal y lo agrario, la reactivación del manejo del territorio rural, la reordenación de la propiedad a través de concentraciones parcelarias o asociacionismo, la promoción de los aprovechamientos de la madera y otros productos forestales, y la simplificación administrativa.
Asimismo, se acordó la necesidad de incrementar la movilización de madera, garantizar la disponibilidad de personal cualificado y reforzar la colaboración entre administraciones y sector privado tanto en la prevención como en la extinción de incendios. La apuesta por la gestión forestal sostenible se planteó como clave para aumentar la resiliencia frente a futuros fuegos.
Ambas partes coincidieron en la importancia de un cambio de enfoque que ponga el territorio en el centro, genere empleo, apoye a los propietarios forestales y otorgue al sector la relevancia que merece. Un camino que, según destacaron, permitirá aprovechar al máximo los recursos, mejorar la prevención y asegurar un futuro más sólido para la industria forestal de Castilla y León.