Castilla y León, a la cola del turismo rural en Nochevieja con un 23% de ocupación

Fin de Año es una fecha clave para el turismo rural, pero la situación actual está perjudicando más a algunas comunidades autónomas. Es el caso de Castilla y León, que este año ha caído tres posiciones en el ranking, situándose entre las menos solicitadas, con un 23% de las casas ocupadas.

La Comunidad de Madrid se coloca esta Nochevieja en primer lugar, con un 85% de ocupación registrada. Aunque el calendario este año permite disfrutar de 3 días de descanso la crisis sanitaria y la incertidumbre que genera están afectando las reservas en estas fechas navideñas.

La preferencia por el turismo rural para despedir el 2020 es notable, aunque en comparación con 2019 la cifra registrada en Nochevieja desciende más de 20 puntos, situándose en un 43% de media en España, según EscapadaRural.com, portal líder en turismo rural.

El porcentaje ha sido extraído de más de 9.000 calendarios actualizados de casas rurales registradas en la plataforma web. El interés por el turismo rural ha crecido en un año en el que las restricciones de
movilidad aplicadas en cada comunidad autónoma han fomentado la práctica de turismo de proximidad y el descubrimiento del propio territorio.

Para muchos viajeros el turismo rural sigue siendo la opción más segura, ya que puede disfrutarse con el
grupo de convivencia, en un lugar aislado y sin mezclarse con otros viajeros.

Madrid, líder en turismo rural en Nochevieja
La Comunidad de Madrid sigue registrando las cifras más altas de este año en cuanto a ocupación en turismo rural. Tras cerrar el puente de diciembre con una ocupación del 82%, las previsiones para Nochevieja la colocan en primer lugar, con un 85% de casas ocupadas.

A pocos días de cerrar el año las reservas aumentan a diario en Madrid, pero se mantienen en el resto de comunidades autónomas. En el caso de Castilla y León, las limitaciones de movilidad han frenado las reservas en esta comunidad, que desciende en 44 puntos porcentuales su número de reservas para el último del año.

El sector turístico se ha visto muy afectado por la crisis sanitaria de la Covid-19. En el caso del turismo rural la ocupación ha fluctuado dependiendo de las restricciones de movilidad decretadas por el gobierno y por las distintas comunidades autónomas.

La llegada de la Covid-19 frenó el turismo rural de marzo a junio, pero lo impulsó en verano, tras levantarse el estado de alarma. Madrid ha sido la comunidad más destacada en cuanto a ocupación. Superó previsiones en verano y registró cifras récord en el puente de diciembre.

Desde que finalizó el confinamiento domiciliario, los viajeros se han decantado por las zonas rurales para coger aire y alejarse de las ciudades. El verano, con un 55% de ocupación, situó el turismo rural como la opción más segura para disfrutar de las vacaciones en familia, sin mezclarse con otros grupos y alejados de las masificaciones.

El perfil del viajero rural ha variado este año debido a la situación sanitaria. La tendencia general, sobre todo a causa de las restricciones de movilidad, ha sido decantarse por destinos de proximidad. La antelación en la reserva ha disminuido hasta 1 o 2 semanas y las medidas sanitarias se han situado en el ranking de los aspectos más importantes para el viajero rural.

En cuanto a nuevas tendencias, las estancias de larga duración para teletrabajar en casas rurales ha sido una de las demandas más efectuadas. Además, ha crecido notablemente el interés por irse a vivir a un pueblo. Según datos del último Observatorio del Turismo Rural, una iniciativa liderada por EscapadaRural.com en colaboración con CETT-UB, Netquest y Vivential Value, 6 de cada 10 urbanitas se irían a vivir a un municipio de menos de 5.000 habitantes.

 

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