En Guatemala, la pobreza y la desnutrición siguen afectando gravemente a la infancia, dificultando el acceso a una alimentación adecuada y poniendo en riesgo su desarrollo físico y cognitivo desde los primeros años. Esta situación no solo compromete su bienestar presente, sino que también limita sus oportunidades futuras y perpetúa un ciclo de vulnerabilidad que impacta en toda la sociedad. Romper con este ciclo es urgente para asegurar un desarrollo pleno y un futuro más justo para las nuevas generaciones guatemaltecas.
Concretamente, el 56 % de los habitantes de este país centroamericano vive en situación de pobreza, y un 16 % vive en situación de pobreza extrema. La situación se agrava más entre la población infantil: 1 de cada 2 niños sufre desnutrición crónica, de tal forma que Guatemala es el país de América en el que más niños están en peligro real de muerte por no acceder a una alimentación adecuada.
Esta realidad ha llevado a la Junta de Castilla y León a participar activamente en la solución a este grave problema. Por eso, la Consejería de la Presidencia ha comenzado a desarrollar una nueva intervención junto a UNICEF, institución que trabaja en más de 190 países por el bienestar de los niños más desfavorecidos del mundo. Dicho proyecto cuenta con una financiación de algo más de 375.000 euros, y se ejecutará sobre el terreno entre el verano de 2025 y el de 2027.
El consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, ha presentado esta mañana las líneas maestras de este proyecto, junto al director ejecutivo de UNICEF España, José María Vera, y la presidenta de UNICEF Castilla y León, Eugenia Rincón.
Como ha explicado el consejero, el proyecto impulsará una estrategia integral centrada en la nutrición, el saneamiento y la educación comunitaria. Se llevará a cabo una evaluación nutricional de niños menores de cinco años y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, asegurando además que los más pequeños reciban atención nutricional completa, que incluye control de crecimiento, aporte de micronutrientes y vacunación. Paralelamente, se implementarán medidas clave para prevenir enfermedades gastrointestinales, como la mejora de los servicios de saneamiento, el acceso a agua segura y la promoción de prácticas de higiene desde la infancia.
Este proyecto también fortalecerá el tejido comunitario mediante la formación de líderes locales, comadronas y otros profesionales especializados en nutrición, salud e higiene. Estas acciones se complementan con la capacitación del personal educativo, así como la coordinación con autoridades locales para asegurar un impacto sostenible en el tiempo. En conjunto, estas iniciativas buscan prevenir la desnutrición crónica y aguda, mejorando las condiciones de vida de los niños y las familias más vulnerables.
Se estima que esta intervención beneficiará directamente a unas 13.400 personas en 2.500 hogares, incluyendo a 1.200 niños y niñas menores de cinco años con desnutrición crónica. Además, también se prestará ayuda a 2.000 mujeres, de las cuales 100 están embarazadas. Concretamente, el proyecto se desarrollará en dos municipios rurales e indígenas de Guatemala, con indicadores alarmantes de pobreza y desnutrición, especialmente entre la infancia: Santa Lucía La Reforma, en el Departamento de Totonicapán, y Panzós, en Alta Verapaz.
El consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, ha resaltado que “la situación crítica de la infancia en Guatemala nos impulsa a reforzar nuestra colaboración con UNICEF, un socio con quien llevamos más de tres décadas de trabajo conjunto en favor de los derechos de los niños”.
Hay que resaltar que, tal y como contempla la Ley de Cooperación al Desarrollo, la Junta de Castilla y León puede trabajar junto a ONGs de su elección y directamente en proyectos de cooperación internacional multisector, es decir, que engloben a varios servicios públicos prestacionales, como es este caso.
UNICEF ha expresado su agradecimiento a la Consejería de la Presidencia por su compromiso y apoyo decidido a este proyecto, cuya financiación hará posible mejorar la salud, la nutrición y las condiciones de vida de niñas, niños y mujeres en situación de vulnerabilidad. Esta colaboración refleja una apuesta conjunta por la infancia y por el desarrollo sostenible, y reafirma el valor de las alianzas institucionales para transformar realidades y construir comunidades más saludables y resilientes.
