El viceconsejero de Política Agraria Comunitaria y Desarrollo Rural, Jorge Llorente, y el director de Asuntos Públicos, Comunicación y Sostenibilidad de Pascual, Óscar Hernández, han presentado este viernes un nuevo protocolo de colaboración para continuar los estudios sobre la adaptación de distintas variedades de soja a las condiciones agroclimáticas de Castilla y León.
Este acuerdo consolida una colaboración público-privada que comenzó en 2005 y que, en los últimos años, ha cobrado nuevo impulso. El objetivo es identificar variedades de soja de alto rendimiento y calidad, capaces de abastecer de forma local tanto a la industria alimentaria como a la de piensos, reduciendo así la dependencia de importaciones.
La Junta de Castilla y León, a través del Instituto Tecnológico Agrario (ITACyL), aporta el conocimiento técnico y los medios necesarios para avanzar en esta línea de innovación agraria. Según el viceconsejero, esta iniciativa es una oportunidad para el campo de Castilla y León "que ayudará a dirigir el modelo agroalimentario hacia uno más sostenible, rentable y adaptado a los retos del futuro”. Y que pone la Comunidad como “referente en el desarrollo de cultivos alternativos de alto valor añadido"
Durante la campaña de 2024, se llevaron a cabo ensayos en Arabayona de Mógica (Salamanca) con más de 40 variedades de soja, obteniendo resultados prometedores.
La soja, un cultivo con escasa tradición en España, está ganando protagonismo gracias al aumento global de la demanda de proteína vegetal, la necesidad de diversificar cultivos y el impulso de la economía circular en el medio rural. En 2024, Castilla y León alcanzó más de 400 hectáreas sembradas con una media de 3.000 kilos por hectárea, lo que sitúa a la Comunidad como un territorio emergente en esta transición agraria.
Además de su rentabilidad, la soja mejora la fertilidad del suelo, reduce el uso de fertilizantes minerales, requiere menos agua que otros cultivos de regadío y favorece la rotación de cultivos, aportando beneficios ambientales y agronómicos.
“La apuesta por la soja lo es por el futuro del campo de Castilla y León, por la innovación agraria y por la sostenibilidad económica, social y medioambiental” declaró el viceconsejero.