Un triunfo incontestable que refuerza el excelente momento de forma del conjunto pistacho justo antes de afrontar la esperada fase de ascenso a División de Honor Plata.
El equipo dirigido por Félix Mojón fue muy superior desde el pitido inicial. Sin necesidad de especular y con la portería bien asegurada por Felipe Fuentes, el conjunto zamorano impuso su ritmo desde el primer minuto. Medina y Felipe marcaron el camino, alternándose como referentes ofensivos en un arranque trepidante que obligó al técnico visitante a solicitar dos tiempos muertos en apenas diez minutos para frenar el vendaval local.
Con un 7-4 ya en el marcador y el pabellón entregado, Mojón comenzó a rotar el banquillo, brindando minutos a toda la plantilla. Lejos de bajar el nivel, el equipo mantuvo una intensidad y una concentración propias de quien tiene la mirada fija en un objetivo mayor. La entrada del joven portero Lucas, que detuvo un penalti en su primera intervención, fue uno de los momentos celebrados por una grada que disfrutó de una tarde redonda.
El dominio local fue creciendo hasta alcanzar una diferencia de diez goles antes del descanso (20-10), un reflejo fiel del monólogo que se vivía sobre la pista. Tras la reanudación, el guion apenas cambió: el BM Zamora siguió robando balones, castigando cada pérdida rival y aprovechando su superioridad física para seguir ampliando la distancia. Con 29-16 en el minuto 40, el choque quedó definitivamente resuelto.
Los minutos finales sirvieron para que el equipo se gustara y celebrara con su afición una gran temporada regular. Medina, estelar durante todo el partido, siguió ampliando su cuenta goleadora y Lucas volvió a tener intervenciones de mérito, arrancando aplausos de un público entregado.
El 42-23 final no solo refleja la diferencia entre ambos conjuntos, sino también el gran estado de forma con el que el BM Zamora Caja Rural encara la fase decisiva del curso. La plantilla ha demostrado tener fondo de armario, recursos tácticos, y sobre todo, hambre competitiva para regresar a una categoría de la que nunca debió salir.
Ahora, con la fase de ascenso en el horizonte —pendiente aún de sede—, los zamoranos saben que están preparados para el gran reto: volver a ser equipo de Plata.