Las decisiones arbitrales, que caldearon el ambiente del Ángel Nieto impidiendo que los zamoranos se acercaran en el marcador, y un gran parcial final tras tiempo muerto fueron los condicionantes de un encuentro en el que el Balonmano Zamora celebró el empate como si de una victoria se tratase.
Si en el último envite en el Ángel Nieto, el partido se decidía con un gol de Jortos sobre la bocina, en esta ocasión fue una defensa colosal con tiro franco final la que le dio al MMT Seguros un punto y un empate que convierte al Ángel Nieto en un pabellón prácticamente inexpugnable.
El partido comenzó cuesta arriba, con el MMT Seguros impreciso, jugando peor que en otras ocasiones, atragantándosele el juego de un Cangas que forzaba a los pistacho a cometer fallos impropios de ellos. A remolque, y sufriendo por no desaparecer del partido, el MMT Seguros iba perdiendo comba hasta llegar a perder de seis goles en el tramo final de la primera parte.
El desgaste del partido fue haciendo mella en los gallegos que llegaron al descanso más justos que los zamoranos, que iban a más y que apretaban hasta la bocina final. Un gran parcial final consiguió limar parte de la renta perdida e irse al descanso (16-19).
En la segunda parte el equipo empezó a contagiar a la grada que apretaba cada vez más y empezó a creer en la remontada. Los zamoranos, comandados por un sensacional Octavio, empezaban a acercarse a Cangas pero los árbitros, cada vez que los pistacho olían sangre, cortaban la progresión con una exclusión que echaba por tierra el trabajo realizado.
El ascenso del MMT Seguros ya era imparable Y Cangas no era capaz de frenar con ninguna de sus defensas un vendaval en el que todos sumaban. A diez minutos del final los Guerreros de Viriato se pusieron por delante por primera vez en el partido (30-28), lo que obligó a los gallegos a pedir tiempo muerto.
El corte de ritmo le sentó mal a los zamoranos, que encajaron un 0-5 de parcial que dejaba, de nuevo, el partido muy de cara para Cangas. Un tiempo muerto de Eduardo Garcia Valiente sirvió a los zamoranos para volver a soñar y con un gol de Diego Reyes y un siete metros de Octavio el cuadro pistacho apretó para sumar un punto.
Con 33-33 iguales, la última defensa era capital para poder seguir avanzando. Octavio, fuera del 40x20, no quiso mirar cómo entre Jortos, Salinas y Andrés frenaban las acometidas gallegas hasta que un golpe franco, con el tiempo cumplido, se fue fuera y permitió a los zamoranos celebrar un empate que sabe a victoria.