El MMT Seguros roza la proeza ante un coloso Valladolid (22-24)

FUe un partido de Asobal entre dos equipos que juegan en Plata. Fue un encuentro en el que un mermado Balonmano Zamora le luchó hasta el final a un Atlético Valladolid que cuando vio que tenía el partido ganado tuvo que sguir peleado hasta que restaban menos de treinta segundos y pudieron llevarse la primera victoria del Ángel Nieto.

La grada repleta, mayoría pistacho, gran número de aficionados vallisoletanos. El parquet con casi todas las estrellas, faltando únicamente tres jugadores zamoranos que, mordiéndose las uñas, sufrían desde la grada. Y el espectáculo en cada jugada del partido en la que los dos equipos pelearon por ganar cada centímetro de la cancha, cada punto, cada gol, cada finta.

La primera mitad fue de trincheras, de pegarse por cada balón, de luchar hasta la extenuación por que ninguno de los dos conjuntos se escaparan, y pese a una mínima ventaja de dos goles del MMT Seguros, ningún equipo consiguió una renta mayor hasta el 9-10 con el que se llegó al tunel de vestuarios.

El guión era el esperado, el de dos conjuntos que se conocen y no querían regalarse nada, pero el Balonmano Zamora bajó un poco la intensidad en el inicio del segundo tiempo y regaló tres contraataques mientras no acertaba con la portería rival y se le escapó el partido hasta el 10-14. Después de tantos minutos de igualdad dolía una renta que parecía muy complicada de remontar.

Durante mnutos la igualdad volvió a ser máxima, con la diferencia de cuatro goles inamovible y con Octavio empezando a ver puerta para llevar a los suyos siempre a remolque de los pucelanos. Los siete metros fueron uno de los lastres pistacho en el segundo tiempo, ya que después del primer gol de Octavio en esta suerte, se erraron los tres siguientes.

Atlético Valladolid llegó a tener seis tantos de ventaja en unos momentos en los que los pequeños detalles iban definiendo el partido. Un parada de Maciel que salía por la banda, un rechace que cogían los vallisoletanos o un lanzamiento que chocaba con la madera y se le iba a los pistacho. Detalles que iban minando la moral de la grada pero no la de los Guerreros de Viriato.

Sin hacer ruido, los zamoranos siguieron atacando y Leo Maciel, un muro en el primer tiempo, volvió a encontrar su estado de gracia y aa secar a los visitantes que, con cinco goles de ventaja, entraban en la recta final confiados en la victoria. Octavio empezó a encontrar puerta con facilidad y Alberto Molina fue el gran "fichaje" de la recta final con tres tantos que enmudecían a la parroquia pucelana y enaltecían a la local.

All grito de si se puede el MMT Seguros llegaba uno abajo al último minuto y medio y conseguía parar un nuevo ataque visitante. El contraataque de Sebastián Ceballos, que había estado muy acertado en el tiro, se estrelló en el portero visitante y Valladolid volvía a tener un matchball. Tampooc lo aprovechaban los visitantes pero el balón largo de Maciel era cortado por la defensa y, a la tercer,a iba la vencida para el Atlético Valladolid.

La peor noticia del encuentro llegaba en la última jugada cuando Octavio chocaba contra dos jugadores y se hacía daño en la zona de la tibia y el peroné, aunque se desconoce el alcance de la lesión hasta que se le realicen las pruebas oportunas.

Comentarios