Los Guerreros de Viriato acariciaron la gesta este sábado en Soria, pero el líder invicto en casa hizo valer su condición de favorito para sellar un ajustado 24-23. Un final de infarto en el que los locales demostraron por qué son el equipo a batir en el Grupo B de Primera Nacional. Pese a la derrota, los de pistacho dejaron una imagen combativa, especialmente en una primera mitad que hicieron suya con un marcador de 10-12.
El BM Zamora llegó al Pabellón San Andrés con la firme intención de plantar cara y lo consiguió desde el inicio. La defensa zamorana, se mostró sólida y forzó numerosos errores en el ataque soriano. Con un juego colectivo, liderado por un acertado Medina, bien coordinado y con rápidos contragolpes, los zamoranos lograron marcharse al descanso con una ventaja que hizo soñar a los aficionados desplazados.
Sin embargo, tras el paso por vestuarios, el BM Soria dio un paso adelante. Impulsados por el apoyo de su afición, los sorianos ajustaron su defensa y comenzaron a imponer su ritmo. La reacción soriana, liderada por su primera línea, puso en serios aprietos al BM Zamora, que vio cómo su ventaja se desvanecía.
Aunque Medina siguió siendo el faro ofensivo del equipo zamorano, con un repertorio variado de lanzamientos, algunos jugadores clave no estuvieron a la altura en los momentos decisivos. Hugo Rodríguez y Oier, que han mostrado buenos destellos esta temporada, no lograron encontrar su sitio en el encuentro, algo que pesó en el tramo final.
Con el marcador igualado a falta de cinco minutos, el BM Zamora tuvo la oportunidad de adelantarse, pero un par de pérdidas cruciales permitieron que el BM Soria tomara la delantera. A pesar de un último intento desesperado por parte de los Guerreros de Viriato, el tiempo se agotó y los dos puntos se quedaron en Soria.
A pesar de la derrota, el BM Zamora demostró que puede competir cara a cara contra los mejores de la categoría. Félix Mojón, a pesar del resultado tiene un motivo para ilusionarse con este equipo.
