El CB Zamora vivió un estreno cargado de emoción en el Ángel Nieto y lo hizo con la mejor de las recompensas: victoria ante el Ureta Tizona (102-107) y la opción de pelear por la final de la Copa Castilla y León. Un triunfo cimentado en un gran último cuarto, en el que los de Saulo Hernández sacaron carácter para revertir un partido que durante muchos minutos se les puso cuesta arriba.
El inicio dejó claro que al equipo aún le falta rodaje. Tras un arranque prometedor en los compases iniciales, las pérdidas y los errores en ataque dieron alas a un Tizona muy certero desde el perímetro. El conjunto burgalés aprovechó cada desacierto zamorano para correr y golpear con rápidas transiciones que abrieron la primera brecha en el marcador. El descanso llegó con un 57-47 que reflejaba la falta de acierto local y la incomodidad que generaba la defensa rival.
Pero la reacción azulona no se hizo esperar demasiado. Nada más arrancar el tercer cuarto, un parcial demoledor permitió al CB Zamora equilibrar el duelo y volver a enganchar a su afición. A partir de ahí, el partido se convirtió en un intercambio de golpes continuo, con alternancia en el marcador y acciones de calidad a ambos lados de la pista.

El desenlace, sin embargo, tuvo un claro dueño. En el último cuarto, los zamoranos no solo lograron ponerse por delante por primera vez en toda la noche, sino que fueron capaces de mantener esa renta con temple y confianza. Josep Peris, con dos triples clave, y un inspirado Ty Roberts lideraron a un equipo que creció en defensa y supo cerrar con firmeza un duelo que terminó con sabor dulce para los locales.
El CB Zamora abre así con buen pie una Copa que aún decidirá qué conjunto se mide al San Pablo Burgos en la gran final, pero lo hace reforzado en confianza y demostrando que su propuesta de juego puede ilusionar a la afición desde el primer día.