Ha visto el ir y venir de la gente en Sanzoles durante más de cuarenta años, observando en primera persona la despoblación y el cambio de la sociedad moderna. Ha sufrido, seguro, viendo como la iglesia que otrora estaba al completo se ha ido poco a poco vaciando. Ayer, los vecinos de Sanzoles rendían un homenaje al párroco de la localidad, Miguel Herrero, que tras cuarenta y cinco años en la iglesia se despide para encontrar el merecido descanso.
Media vida ha estado Miguel Herrero velando por los vecinos de Sanzoles, acercando la palabra de Dios a quien cada domingo se acercaba a la eucaristía. Don Miguel, como los vecinos lo llaman, siempre fue un hombre fuerte y de gran corazón, ayer demostraba esa sensibilidad derramando las lágrimas en una misa que tuvo que interrumpir en varias ocasiones para controlar sus emociones.
El pueblo bajó a decirle adiós, a apoyarlo y homenajearlo por su labor durante tanto tiempo, la plaza mayor estaba repleta de emociones agridulces, alegría porque el párroco podrá descansar después de tanto tiempo y tristeza por su marcha.
Tras la eucaristía los vecinos se reunieron para intercambiar algunos de los momentos vividos con Don Miguel y tomaron un vino español.
Desde el obispado explican que en unos días se sabrá el nombre del nuevo párroco que se encargará de la parroquia de Sanzoles.