Un golpe en el minuto tres en el que se abrió el pómulo, obligó a Nacho Huertas a abandonar el terreno de juego al marearse y no poder mantenerse en pie. Finalizado el encuentro fue trasladado para realizarse diferentes pruebas aunque el golpe no parecía serio.
Un golpe cabeza con cabeza acabó con el partido de Nacho Huertas casi cuando se daba el pitido inicial. El jugador rojiblanco, que se abría el pómulo, aunque en una herida sin consideración, se mareaba y tenía que ser atendido por los servicios médicos.
Una vez finalizado el ecuentro fue asistido y se le realziaron pruebas para observar si el golpe era de mayor importancia que la que en principio se había observado.