Exhibición de pegada de los rojiblancos en la primera mitad y control absoluto del encuentro en la segunda ante un Santa Marta que intentó jugarle de tú a tú al cuadro local y que se encontró con la mejor versión de la temporada de los de Balta.
Le hacía falta al equipo una victoria como esta: sin sufrir, goleando y gustándose en el campo. Le hacía falta también al entrenador para que las ideas que intenta transmitir cuajen. Sin embargo, a quien más le hacía falta era a la grada, que este año todavía no había visto ganar a los suyos en casa y que empezaba a impacientarse.
El partido empezó bonito, con dos conjuntos que intentaban tener la pelota y que buscaban con insistencia la portería contraria. Sin ocasiones calras pero con acercamientos peligrosos, el público disfrutada de un partido sin complejos. Y la primera clara que hubo fue para adentro cuando Rubén Moreno no se lo pensó, se adentró en el área y cruzó la pelota para batir al portero del Santa Marta. Sin tiempo casi para celebraciones, volvió a recibir un balón el delantero rojiblanco y ponía el 2-0 que llevaba a la grada a la tranquilidad tan deseada.
Antes de que Nata cerrara el partido con un soberbio cabezazo marca de la casa, Palomi tuvo en sus botas el 2-1 en un mano a mano con miguel que falló de forma estrepitosa y que acabó con las opciones charras en el encuentro.
En la segunda mitad, el Santa Marta siguió con su propuesta de buen juego pero no incomodó a un Zamora sobresaliente en la presión alta y que redondeó la tarde con un golazo de volea de Nacho Huertas que hizo que la afición entrara en éxtasis.