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REMEMORA LA CELEBRACIÓN DEL ZAMORA TRAS EL PITIDO FINAL
El Zamora continúa escribiendo su particular gesta partido a partido, gol a gol, esfuerzo a esfuerzo. Los de David Movilla volvieron a tirar de pundonor, y de un inmenso juego, para pasar por encima de un Sporting que no supo hacer valer su superioridad técnica y económica. El conjunto local venció por 2-1 a todo un equipo de Segunda División y por méritos propios se mete en la tercera ronda de la Copa del Rey.
Comenzó el Zamora espoleado por su afición y el reto histórico que tenía frente a sí. El Sporting trataba de sacar el balón jugado desde atrás, pero la buena colocación de los jugadores rojiblancos impedía avanzar con soltura a los hombres de José Alberto López. En una de las intentonas de circulación de balón del cuadro asturiano la medular local consiguió anticiparse y ejecutar un robo en campo rival, rápidamente Garban filtró el balón para Sergio García –hoy el futbolista más adelantado de los zamoranos– que se encaminaba solo ante el portero sportinguista cuando el trencilla levanto la banderola indicando fuera de juego, cuanto menos muy dudoso, para desazón de la hinchada local.
A partir de ese instante el partido se rompió por completo. Los equipos se vieron inmersos en un correcalles en el que el Zamora parecía encontrarse cómodo. Los de Movilla tenían la consigna más que clara y nada más recuperar el balón intentaban conectar con los puntas. De hecho, en el minuto 8 un tackle de Vallejo en campo propio le permitió a Dani Hernández recuperar el balón y poner en velocidad para Sergio García, el cual consiguió internarse en el área visitante, pero no pudo empalar bien con su pierna izquierda.
El Sporting aceptó el órdago zamorano y en una jugada trenzada por banda derecha entre Álvaro y Carmona el capitán gijonés consiguió sacar un disparo ya muy escorado que fue repelido por Jon Villanueva a córner.
La grada del Ruta de la Plata se percató de la reacción visitante y decidió participar en el encuentro –tal y como les había pedido Movilla este pasado lunes– coreando el nombre de su equipo.
La primera clara para el Zamora llegó a balón parado en el minuto 19. Carlos Ramos botó una jugada ensayada desde poco más delante de la medular. El balón fue rechazado por la defensa, pero el despeje no fue eficaz y le cayó a Valentín, quien sin pensarlo un segundo la empaló como puso y obligó al central asturiano –el zamorano Cristian Salvador– a intervenir para evitar que el balón traspasara la meta de Joel.
El Sporting encontró en la banda izquierda que defendía Coque una autopista en la que percutir una y otra vez. Corría el minuto 23 cuando Pablo Pérez consiguió colarse en el área rojiblanca para cruzar el balón, pero la inmensa actuación del guardameta local –que tiró de riñones para llegar hasta ahí abajo– consiguió evitar el que hubiera sido el 0-1.
En el minuto 34 el Zamora aprovechó una pérdida del Sporting en fase ofensiva para salir disparado al contraataque. Un pase al hueco para Sergio García, que hábilmente dejó pasar entre las piernas el siempre inteligente Valentín, dejó al canterano rojiblanco solo y en carrera hacia la portería defendida por Joel. García se internó en el área perseguido por Cristian, quien indisimuladamente agarró al ariete zamorano lanzándolo contra el verde. El árbitro del encuentro señaló el punto de penalti de inmediato, pero le faltaron arrestos para expulsar al central sportinguista, que era el último jugador asturiano y cuya falta abortó una más que clara ocasión manifiesta de gol.
El propio Sergio tomó la responsabilidad de ejecutar la pena máxima. Fuerte y la derecha del portero el delantero zamorano puso el 1-0 para la formación dirigida por David Movilla.
Con este gol se llegó al final de la primera mitad de un partido preñado de emoción y en el que los dos equipos imprimieron una intensidad no vista en el Ruta de la Plata en toda la temporada. Ninguno de las dos escuadras se hizo con la manija del choque, pero ambas gozaron de oportunidades para agredir las porterías del Ruta de la Plata. Cabe destacar la apuesta arriesgada de David Movilla, que planteó durante esta primera mitad un partido de tú a tú contra todo un Segunda División como es el Sporting de Gijón, colocando la defensa a más de 40 metros de la meta de Jon Villanueva.
Con el inicio de la segunda mitad la hinchada rojiblanca y el propio Zamora fue consciente de que esto no iba a ser un paseo por las Aceñas. El Sporting salió a tumba abierta y comenzó a asediar la portería de Villanueva, que tuvo que realizar media docena intervenciones de mérito en los diez primeros minutos de juego de la segunda mitad.
A pesar de que el Zamora encontraba muchas dificultades para salir de su área, en la que se defendía como gato panza arriba, no renunció en ningún momento al plan ofensivo y en cuanto conseguían deshacerse de la presión rival adelantaban líneas y volvía al dibujo original con la zaga ubicada en el centro del campo. No obstante, ahora la iniciativa y la posesión correspondían al conjunto visitante, cuyo entrenador decidió dar entrada a Isma Cerro, un asiduo en el once titular de liga.
El Sporting movía el balón de lado a lado, pero no daba con la clave para desbloquear la estructura defensiva pergeñada por David Movilla. Piña y Asiel se erigieron en senescales de una fortaleza que a cada minuto se volvía más inexpugnable. Asimismo, Sergio García y Escudero, que entró en el minuto 72 por Valentín, quedaban descolgados fijando a los centrales y amenazando con la posibilidad de poner el definitivo 2-0 en una contra.
Los últimos minutos del encuentro transcurrían sin que el conjunto asturiano lograra encontrar el gol del empate. David Movilla, que no paraba ni un segundo en su área técnica, reclamaba la presión de la grada, que esta vez no falló a los suyos.
Corría el minuto 82 y el Sporting se sentía cada vez más apabullado por el despliegue físico y de corazón de los zamoranos. En una jugada por banda izquierda, Sergio García –que vivió en la frontera del fuera de juego durante los 90 minutos de partido– aprovechó un nuevo pase llegado desde la medular para volver a dejar atrás al también zamorano Cristian Salvador y plantarse en frente de Joel. El canterano, que tiene por sangre hielo del ártico, ni corto ni perezoso envió el esférico a la escuadra del palo contrario al que defendía el meta visitante. 2-0 y los sueños comienzan a hacerse realidad.
Pudo hacer el tercero el Zamora, pero Escudero cruzó demasiado un balón que le llegó tras un balón peinado por "El Marine Rubiato".
No obstante nadie dijo que esto fuer a ser sencillo y cuando restaban tres minutos de partido, con un Zamora absolutamente exhausto, el delantero gijonés Isma Cerro aprovechó una parada que se quedó corta de Jon Villanueva para recorTar ventajas y poner a todo un estadio al borde del infarto.
El final del encuentro llegó sin que el Sporting pudiera crear peligro al Zamora, que incluso tuvo la oportunidad de correr tras recuperar balón. Los de Movilla esperan rival en otra cita histórica después de la victoria 2-1.