El Zamora C.F recibía en el Ruta de la Plata al Cristo Atlético de Palencia, en una tarde fría y nublada en la que los pupilos de David Movilla desde los primeros instantes ya ganaba con un tanto de Guille Perero. Sin embargo, el Cristo Atlético conseguía empatar y se mostraba superior a los rojiblancos durante todo el encuentro, aunque los de Movilla se ponían por delante antes de llegar al descanso. Con el 2-1 y sufriendo mucho durante todo el encuentro conseguía los tres puntos ante un buen conjunto como el Palencia.
El Zamora salía con un once plagado de cambios, sin Dani Hernández, sin Garban, Juanan, Coque y con Carlos Ramos fuera de la convocatoria. El equipo rojiblanco salía con todo para evitar sustos y desde los primeros minutos buscaba la presión alta para recuperar en campo contrario. Esa presión se traducía en un robo de Raúl Álvarez en tres cuartos de cancha y conseguía entregársela a Franco Ragusa, para que pusiera el centro al segundo palo y Guille Perero, controlaba con el pecho, amagaba y en la caída cruzaba el balón al palo largo para abrir la lata en el minuto cuatro.
Pero poco le duraba la alegría a los rojiblancos, al cuarto de hora los palentinos llegaban por banda y aprovechaban el despiste de la zaga zamorana y empataban ante la sorpresa de la afición. Las fuerzas se igualaban, situación poco habitual en el feudo rojiblanco. Incluso el Cristo Atlético gozaba de otra ocasión tras un centro desde la banda derecha y Adri, completamente solo, mandaba un cabezazo al larguero de la portería de Jon Villanueva. Los palentinos tomaban la iniciativa de juego, poniendo en muchos aprietos a los de Movilla, especialmente por la banda derecha de su ataque, dificultando la labor a Raúl Álvarez.
A la media hora de encuentro el Zamora no se encontraba sobre el terreno de juego, sufriendo por primera vez en la temporada como local, ante un buen equipo. En el 32 tenía que aparecer Jon Villanueva para salvar el uno contra uno que tenía a su disposición Adri. La para de Jonvi era correspondida por la de Miguel tras un cabezazo que iba dirigido a la escuadra. Corría el minuto 34 cuando Sergio García recibía un balón en profundidad al contragolpe y con un buen pase al área pequeña encontraba a Escudero que empujaba el balón para adelantarse en el marcador. El Palencia Cristo Atlético también creaba mucho peligro en las salidas al contragolpe, con mucha velocidad y en pocos tóquese plantaba en el área rojiblanca, aunque sin culminar las jugadas. El colegiado señalaba el final de la primera parte con 2-1 a favor del Zamora, en un partido en el que la zaga concedía muchas facilidades al ataque palentino.
La segunda parte comenzaba con variación en el once del Zamora, Piña se quedaba en el vestuario y era Coque quien salía al lateral izquierdo con Álvarez en la posición de central. A los tres minutos de la reanudación, los rojiblancos gozaban de una falta lateral y Asiel remataba de cabeza abajo pero Miguel sacaba una mano espectacular para salvar el tercer tanto. El Palencia Cristo Atlético seguía llegando al área del Zamora y volvía a avisar a los zamoranos al ganar una segunda jugada y mandar un balón cruzado que se paseaba por el área pequeña sin encontrar rematador. El partido entraba en un ida y vuelta, con ambos conjuntos saliendo a gran velocidad en tromba. Aprovechando esta dinámica, David Movilla introducía en el campo a Dani Hernández para dotar de mayor velocidad al equipo, en lugar de Guille Perero.
El equipo dirigido por Rubén Gala seguía llegando y el empate a dos estaba cerca. Pasados los 70 minutos de partido Jon Villanueva volvía a intervenir con una buena mano arriba tras un cabezazo para enviar el balón a córner. El Zamora jugaba con fuego y a punto estaba de quemarse en una falta que el Cristo Atlético culminaba aunque el juez de línea lo anulaba por fuera de juego, eso sí, muy dudoso.
Pasados los ochenta minutos los palentinos se quedaban con uno menos a consecuencia de una falta al borde del área que forzaba Borja Rubiato al robar un balón al último defensor. Ya en el descuento, el equipo morado veía como Miguel, el portero, se iba a vestuarios al cortar un balón con la mano en tres cuartos de cancha. El partido llegaba al final con el triunfo del Zamora 2-1 para sumar una victoria más, esta vez más sufrida.