Vilches, Cristobal, Otero, San Miguel, Candela, Chus Herrera, Rubén García, Sergio Villanueva, Encinas, Quero y Aiert. El aficionado rojiblanco todavía dice de corrido este once con el que se estuvo a punto de tocar la gloria en Castalia. Un onceen el que entró Quero en las últimas semanas en detrimento de un Vicente Fidalgo que, lesionado, tuvo que terminar la temporada excesivamente pronto.
Dani, Cristian, Lomba, Jorge Rodríguez, Gurrutxaga, Aitor Sanz, Agustín, Iker Alegre, Aarón Darias, Senel y Tiago puede ser el último once que el aficionado zamorano recuerda con alegría. No fue el último play-off, pero posiblemente fue el último gran once rojiblanco que llevó a la ciudad a soñar con el ascenso.
Antes de esos últimos once guerreros, la afición y la ciudad estuvieron volcados con el equipo en aquel famoso play-off de Castellón. Pocas veces la provincia había vibrado tanto como aquel año en el que el Zamora fue Campeón de Invierno por primera y única vez en su historia, ese año que Vilches batió el record de imbatibilidad con 1.324 minutos sin encajar gol.
Vilches, Cristobal, Otero, San Miguel, Candela y Chus Herrera desde la media eran los encargados de que la puerta quedara a cero partido tras partido. Rubén García y Fidalgo, hasta su lesión, eran los motores del equipo, la samba brasileña que acompañaba a una máquina perfecta de hacer goles, el tiburón Aiert Derteano, que despertó en la segunda vuelta tras una sensacional primera mitad de Curiel. A ellos, para cubrir la experiencia que dejaba Fidalgo, llegó Quero, que dio un plus en la recta final.
Para abrir el camino hacia el gol, Encinas y Villanueva eran los encargados de perforar el área desde las esquinas o de poner centros para que los arietes pusieran por delante a los suyos.
Precisamente Villanueva, el "ratoncito" Sergio Villanueva, que todavía sigue demostrando su calidad en los terrenos de juego de Segunda "B", será uno de los próximos inquinilinos del Ruta de la Plata, llegando con el Lealtad diez años más tarde de aquel play-off magnífico.