Dominio estéril del Zamora (0-0)

Los rojiblancos dominaron todos los aspectos del juego menos el del gol ante un Burgos Promesas muy ordenado que sólo se estiró en los minutos finales de la segunda mitad obligando a Miguel a hacer una gran intervención  en la única ocasión rival.

El Zamora podría haber jugado hasta mañana y la sensación era que, pese a tener múltiples ocasiones,hoy la pelota no quería entrar. Y eso que el Zamora las tuvo de todos los colores, con disparos lejanos, con manos a mano, con cabezazos que lamieron el palo e incluso, en la única que consiguieron superar al portero, se toparon con el palo pese a estar la jugada anulada.

La versión rojiblanca fue correcta, pero no excelsa, especialmente al inicio del partido, cuando no supo atacar la poblada defensa (cinco defensores) del Burgos Promesas que vino al Ruta de la Plata a llevarse, al menos, un punto. Pese a no estar muy acertados en las decisiones con balón, las ocasiones, por demérito burgalés en el primer tiempo, se sucedían y sólo faltó que la diosa fortuna empujara algún esférico dentro de las redes.

El Burgos no acusó el bajón físico en la segunda mitad, pese a que el Zamora segúia cargando por todos los flancos en busca del gol de la victoria, y tiró de veteranía para parar de forma reiterada el partido desesperando a un conjunto rojiblanco que se topaba una y otra vez con la muralla azul.

Balta intentó mover el banquillo para encontrar otras soluciones y encontró en Nata un ariete que intentara, por los aires, batir a los burgaleses, que se habían mostrado inferiores en el juego a balón parado. Sin embargo, tampoco Nata pudo abrir la lata y el primer goleador rojiblanco se hace de rogar en este inicio de temporada.

El Burgos Promesas, aprovechando que el Zamora se volcaba a por el gol, tuvo dos ocasiones claras, especialmente la segunda en la que Miguel tuvo que hacer una buena estirada para evitar que el botín rojiblanco fuera aún menor.

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