Zamora ha salido este sábado 5 de abril a la calle para visibilizar una realidad muchas veces silenciada. La Asociación AZADAHI de Autismo y TDAH ha convocado una marcha solidaria por el centro de la ciudad para conmemorar el Día Mundial del Autismo y exigir una atención digna a las familias con personas con trastornos del neurodesarrollo. Lo ha hecho arropada por decenas de vecinos, acompañada por la Asociación de Amigos Cabezudos de Corrales del Vino, que ha puesto color y música a un recorrido que ha arrancado a las 11.00 horas desde la Plaza de la Marina en dirección a la Plaza Mayor.
“Esta marcha es por el 2 de abril, que es el Día del Autismo, pero siempre la celebramos en fin de semana para que pueda acudir más gente”, explica Cynthia Garrote, presidenta de AZADAHI. “Somos ya 82 familias, empezamos el año pasado con 10 porque la pandemia dejó la asociación casi inactiva, pero la necesidad es enorme y no podemos seguir así”.
Las reivindicaciones van mucho más allá de un simple acto simbólico. AZADAHI denuncia la falta de respaldo institucional para un colectivo que, aseguran, ha estado históricamente desatendido en Zamora. “Pagamos un alquiler por un local en la calle Colón que se nos queda pequeño, y además compartimos otro espacio en la Plaza de Toros que no tiene servicios y solo podemos usar por horas. No tenemos ningún espacio cedido ni apoyo estable de las administraciones”, señala Cynthia.
La asociación ofrece terapias de logopedia, apoyo psicológico, talleres de padres, sesiones con psicóloga de adultos y actividades para toda la familia, pero todo ello se sostiene con fondos propios y esfuerzo colectivo. “Aquí no se trata de montar una actividad puntual, se trata de que nuestros niños tengan oportunidades reales para desarrollarse, y que las familias no se vean solas desde el primer diagnóstico”, insiste la presidenta.
Uno de los puntos clave que AZADAHI pone sobre la mesa es el acompañamiento emocional que necesitan los padres y madres cuando reciben el diagnóstico de sus hijos. “Llegan con miedo, con un duelo tremendo, porque las expectativas se rompen y muchas familias se hunden. Nuestro mensaje es claro: esto no es el fin del mundo. Los niños con autismo pueden ser inmensamente felices, pero hay que actuar cuanto antes”, afirma Cynthia.
A ese duelo, muchas veces silencioso, se le suma la incomprensión social. “Hay mucho desconocimiento. Cuando un niño aletea o da vueltas en la calle, la gente piensa que es una falta de disciplina. Pero es su manera de autorregularse. No se trata de esconderlo, sino de visibilizarlo y explicarlo”, añade.
En medio de esta lucha diaria, AZADAHI lanza un mensaje claro a las instituciones: “No queremos limosnas, queremos igualdad. Queremos que se nos escuche, porque representamos una necesidad real en Zamora”. Reclaman subvenciones estables, cesión de espacios y una apuesta firme por la inclusión, especialmente en el ámbito educativo y social.
El recorrido ha terminado en la Plaza Mayor, donde a lo largo del día continuarán las actividades previstas, pero el grito de esta mañana ya ha quedado claro: las familias con autismo existen, luchan y necesitan apoyo. Porque, como repiten desde la asociación, “juntos somos más fuertes”.
