Zamora, la ciudad del joven Krahe

photo_camera Javier Krahe, sentado, comiendo con su familia un arroz a la zamorana en su visita de enero a la ciudad

El músico, fallecido ayer, pasó parte de su juventud en casa de su tío, Fernando López Heptener, y en sus frecuentes visitas a la ciudad afirmaba que en Zamora nunca se sentía forastero.

El música Javier Krahe, fallecido ayer de forma repentina de un infarto, pasó parte de su juventud en Zamora con su familia, el nexo de unión que nunca perdió con esta tierra de la que decía que, al igual que ocurría con Badajoz -donde vive un hermano del músico que fallecía ayer-, "nunca se sentia un forastero", como recuerda para Zamora News su primo, José Luis López Krahe.

Ficha técnica del cortometraje que rodó Krahe con HeptenerHace apenas unos meses, el 30 de enero, el desaparecido cantautor compartía un arroz a la zamorana con sus primos en la que sería su última visita a Zamora, ciudad con la que le mantenía una especial relación desde que en plena juventud su padre lo enviase a la ciudad a casa de su tío, el genial Fernando López Heptener, como ayudante de cámara. Lo que iban a ser un par de meses se convirtió en algo más de un año y un referente en la vida del músico, que aquí siempre se sintió como en casa.

"Javier vino un poco 'castigado' -recuerda su primo, José Luis López Krahe- porque había suspendido y su padre, como quería hacer algo de publicidad, lo mandó a casa del tío Fernando para que aprendiese con él y vivió con nosotros más de un año. Yo era un crío de 12 ó 13 años pero recuerdo aquellos años perfectamente. Mi padre necesitaba un ayudante de cámara para rodar un documento diferente de los que hacía para Iberdrola, esta vez para UNESA, y Javier le ayudó".

El documental, según explica el primo del fallecido músico, se rodó en diferentes sitios de España. "Mi padre y Javier rodaron en Badajoz, Valencia, Sevilla... el tema era la necesidad de la electricidad para que todo funcionase. En el documental sale incluso comiéndose unas salchichas Jorge, el hermano de Javier, que se mató en un accidente y fue el primer letrista que tuvo".

Esa relación con Zamora nunca se perdió. "'En sus frecuentes visitas él comentaba siempre que donde nunca se sentía forastero era en Zamora y en Badajoz, donde vive su hermano", dice José Luis López Krahe, quien además señala que esos lazos de unión trascienden a las siguientes generaciones, en el caso de Zamora con los López Urbano, hijos de Alejandro López Krahe, quienes participan en las reuniones de primos y sobrinos que se celebran periódicamente y que reúnen a más de un centenar de personas.

Otra de las ocasiones en que Krahe visitó Zamora coincidió con la toma del Cuartel Viriato. Al día siguiente el cantautor participaba en un ciclo de humor en el Teatro Principal -ocasión en la que fue entrevistado por quien esto escribe, que daba sus primeros pasos en el periodismo- y, sabiendo que el aforo del coliseo estaba completo, comprobó que algunas localidades estaban vacías. El músico desde el escenario dijo que sabía que todo estaba vendido y que probablemente los asientos vacíos eran de personas que estaban en el interior del viejo Cuartel, por lo que pidió un aplauso para ellos. "Después fuimos a mi bodega -narra José Luis- y me firmó en el libro de amigos ilustres. Dibujó una nota musical y puso al pie 'Arde Zamora', en referencia a la actitud de toda la ciudad en la toma del cuartel".

Más recientemente el cantautor ha actuado varias veces en La Cueva del Jazz y en el Avalon. La última vez fue en enero, en un concierto en vivo de los que organiza La Cueva. "Coincidimos allí -cuenta el primo del cantante- con Paco Guarido y su tropa y se lo presenté al terminar el concierto. Le dije: "Mira, Javier, aquí tienes al próximo alcalde de Zamora". Entonces Guarido dijo que bueno, que tranquilidad, que de momento era oposición. El día del Festival Flamenco me encontré con Guarido y me acerqué a darle la enhorabuena. Me dijo que se había acordado muchas veces de aquel día, 30 de enero, en que yo le dije a Javier Krahe que iba a ser alcalde de la ciudad".

Ayer, de madrugada, sobrevenía la muerte sin anunciarse en forma de infarto. Javier Krahe ya forma parte de la historia de la música en España y también de la intrahistoria de Zamora, la ciudad de su juventud, a la que siempre regresaba y donde nunca fue un forastero.

 

 

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