Una treintena de zamoranos, de devotos de la Virgen de la Concha, se acercaron a las 20.00 horas a San Vicente para rezar la Salve a la patrona de Zamora y despedirla hasta septiembre cuando, si la pandemia del coronavirus ha remitido, se podrá celebrar su festividad quizá con mayor protagonismo que nunca al no haber este año San Pedro.
Zamora no fue romera porque no pudo caminar hasta La Hiniesta pero eso no le impidió acompañar a su Virgen de La Concha en San Vicente desde primera hora de la mañana. Sonó el Himno de La Concha durante todo el día en San Vicente, en Santa María la real e, incluso, en algunos balcones de zamoranos.
A lo largo de la mañana, el goteo de gente que acudía a visitar a la Virgen y a despedirse de ella fue constante, para mantener la tradición de honra hacia la patrona de Zamora. Durante el acto vespertino, oficiado por don Narciso Jesús Lorenzo, una treintena de zamoranos acudían a la iglesia (la cual dispone de un aforo máximo de 120 personas), cumpliendo con las medidas de higiene y distanciamiento.
Fue el momento también de rezar el Santo Rosario a la Virgen aunque en esta ocasión, de despedida de la patrona, de volver a casa todos los zamoranos, no se pudieron repartir las espigas entre los niños aunque sí olió a romero colocado en la puerta de la iglesia. ¡Hasta el año que viene! pero sin salir de casa, sin poder encontrarse con los vecinos de La Hiniesta.
La jornada fue especialmente emotiva por estar en el recuerdo Conrado Eguaras, histórico expresidente de la Cofradía de la Concha donde estuvo durante décadas antes de dar el testigo a Florián Ferrero, presidente hasta este año.