El barrio de La Candelaria ha perdido a uno de sus grandes baluartes. Francisco Margarida, seguramente el zamorano más longevo de la capital, habría soplado hoy las 103 velas acompañado de su siempre tan entregada familia. Una familia que hoy extraña el hueco que ha dejado este hombre de carácter entrañable al que ya veíamos celebrando un año más de vida.
Hoy el barrio entero extraña la sonrisa y simpatía de este zamorano siempre apegado a su hijo Paquito y que nos dejó el pasado 9 de febrero, a menos de dos semanas de volver a soplar las velas con la fuerza que le permitía su más de un siglo de andanzas, experiencias, requiebros y problemas de salud, pero siempre con el optimismo que le caracterizaba.
Vivió lo suficiente para experimentar el horror de la Guerra Civil siendo un niño, de crecer en una dictadura y experimentar el resurgir de una democracia que ha ido madurando. También de una pandemia inédita que supo sortear gracias a los cuidados de sus dos hijos. Un tiempo durante el cual ha podido disfrutar también de la compañía y de nuevas llegadas a una familia de la que podría presumir con cuatro nietos y otros tantos bisnietos.
Hoy es el día para que los suyos, conocidos, amigos y entorno más cercano, le recuerden si cabe con mayor fuerza. Una estrella cumple hoy 103 años desde un cielo abierto, sin nubes que empañen la posibilidad de que podamos rendirle un más que merecido homenaje. Hasta siempre Francisco.
