El derribo esta mañana de la capital del Hospital Provincial ha provocado que decenas de vecinos del barrio de Los Bloques se hayan concentrado esta tarde en protesta por una medida a la que siempre se han opuesto.
En esta concentración han estado presentes la mayoría de los grupos políticos de la ciudad, entre ellos, Podemos, Ciudadanos, Izquierda Unida, y también Decide que siempre habían defendido la conservación de la construcción; incluso, algunos de ellos apostaban por su reconversión en centro cívico para el barrio.
También ha asistido a la lectura del manifiesto quien ha leído el mismo, Fernando Martos; puesto que la presidenta de los Bloques se encontraba muy afectada por el derribo. Francisco Somoza arquitecto zamorano que ha integrado varios edificios en la ciudad y que calificaba el derribo como: "algo increíble y absurdo", tambien ha estado presente en la protesta.
Las personas allí reunidas escucharon en silencio el manifiesto de repulsa a esta decisión y estuvieron arropados por los vecinos del barrio y de otros barrios de Zamora asi como el párroco del barrio que también mostró su repulsa ante la situación.
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Este es el comunicado íntegro:
Hoy hemos perdido en el barrio de Los Bloques y en la ciudad parte de nuestra historia, parte de las vidas de muchos que en más de una ocasión visitamos esta capilla, hemos perdido un edificio que había sido considerado como un ejemplo de arquitectura de los años 60.
Las asociaciones vecinales, apoyadas por gran cantidad de colectivos y por todos los partidos de la oposición zamorana, nos unimos para mantener en pie la capilla del Hospital Provincial, aportamos miles de firmas para evitar su demolición ante el Ayuntamiento y ante la Junta de Castilla y León , pero de nada ha servido. La Junta se propuso derribar la capilla y lo ha conseguido, no encontró en los representantes municipales ninguna oposición, Rosa Valdeón se lavó las manos como Pilatos, e ignoraron los informes de los técnicos y de los arquitectos que pedían su conservación, no han sido capaces de catalogar este edificio, a pesar de que la Junta ha presentado varios modificados del proyecto y hubiera sido posible evitar el derribo.
La propia Junta en 2009 a la hora de revisar el PGOU recomendaba la catalogación del edificio, pero hoy el SACyL dice que no es un edificio a conservar, en aquel año tenía valor y hoy sólo vale un 10% de su espacio, la administración regional ha jugado siempre con los intereses de Zamora, nos deja legados como este derribo, o el agujero del palacio de congresos, este es el valor que Juan Vicente Herrera le da a nuestra ciudad.
Es cierto es que el edificio no gozaba de ningún tipo de protección por una serie de incomprensibles errores e insensibilidades burocráticas, porque nadie quiso en el PP llevarle la contraria a la Junta, no fuera que se quedaran sin el sillón que hoy han conseguido en las Cortes. Cierto es que no hubo alegaciones, pero igual de cierto es que tampoco se comunicó a los vecinos que este derribo formaba parte del proyecto de reforma, no tenemos la obligación de revisar cada proyecto que entra en el Ayuntamiento, son los concejales que además cobran por ello, quienes tienen que revisarlo, máxime cuando existen informes en contra, y son ellos quienes nos deberían haber avisado en tiempo para poder haber presentado las alegaciones que ellos no fueron capaces de hacer. Qué mayor alegación quieren, que el registro de casi 3.000 firmas en contra del derribo.
No hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que aquel que no quiere escuchar. Y ante las protestas ciudadanas, la Junta ha optado por taparse los oídos y cerrar los ojos, metiendo las excavadoras para derribar parte de la historia de la ciudad, en un ejercicio de prepotencia sin parangón. La Junta y el Ayuntamiento han ignorado el sentir de la ciudad, no han sido capaces de defender nuestro patrimonio, han mostrado realmente su interés por Zamora y por los zamoranos.
Como hemos leído hoy en algún medio de comunicación "Ocho plazas de aparcamiento, ocho, tienen la culpa. Ocho plazas de aparcamientos, ocho". Los vecinos deseábamos dar multitud de usos a este edificio que a coste cero, nos ofrecía al barrio un espacio de ocio, cultura y formación. La petición unánime de arquitectos, historiadores, artistas, vecinos... de los zamoranos, se unió en los últimos meses en una voz: salvar la capilla del Hospital Provincial y convertirla en un centro socio-cultural.
Pero el derribo de la capilla del Hospital Provincial va más allá de una simple demolición. El derribo de la capilla del Hospital Provincial, es un intento de callar las voces de los ciudadanos, es una muestra de ostentosidad de poder, es un intento de mostrar quién toma las decisiones en la ciudad, es un ejemplo de que la voz del pueblo al Partido Popular le importa muy poco, de nada sirve que en petit comité algunos miembros de este partido nos hayan mostrado su apoyo, si no son capaces de dar la cara para defender aquello en lo que creen, de poco nos van a servir cuando gobiernen pues no van a ir en contra de su partido, disciplina de partido lo llaman, nosotros lo llamamos sumisión, intereses personales y cobardía.
Cuando esta mañana entraban las máquinas excavadoras a mazazo limpio contra esos muros de ladrillo muchos corazones lloraban, dejando entre escombros los recuerdos de todos aquellos que en su día se sentaron en los bancos de esta capilla, para rezar, para reflexionar o solamente para buscar un espacio de sosiego donde estar en paz. Se tiró por tierra parte de la historia de la ciudad en un acto de cobardía y contra la voluntad popular que se unió sin consignas y sin banderas, en un acto cultural, con el sentido común por delante y el respeto a la memoria de los arquitectos Dacio Pinilla, Antonio Viloria y Julián Gutiérrez que un día la pusieron en pie.
Vaya en paz señora Valdeón que ha dejado a Zamora mucho más pobre de lo que la encontró al llegar y a los zamoranos junto con su amigo Herrera, nos ha dado hoy una triste lección aprendida a golpe de excavadora.