Durante dos décadas, han trabajado sin descanso para ofrecer oportunidades laborales, acceso a formación especializada, asesoramiento y acompañamiento a las personas en exclusión. Distintas oportunidades para aquellos que cumplían penas privativas de libertad y poder reincorporarse a la sociedad como ciudadanos libres. Zamora ha sido testigo incansable del compromiso de la Asociación de Desarrollo Social (ADES) a lo largo de veinte años; historias cargadas de sufrimiento e incertidumbre a la que tendieron una mano amiga. Sin juzgar.
Con la llegada de 2024, ha cerrado sus puertas en la capital y muchos son los que se despiden con un nudo en la garganta de esta entidad que ha marcado la diferencia en la vida de tantos. Fundada en el año 2000, ha sido más que una simple organización; un faro de esperanza, un refugio para aquellos que más lo necesitaban en la ciudad y su provincia. La decisión de cerrar sus puertas no ha sido fácil, pero tras meses de reflexión y evaluación, la entidad tomó una decisión necesaria ante circunstancias que han hecho inviable su continuación en la forma conocida.
En el tejido social de Zamora, ha forjado un vínculo indeleble, desempeñando un papel crucial en la construcción de una sociedad más justa. Sus programas, actividades, formaciones y acciones han sido un bálsamo para los colectivos más vulnerables, brindando oportunidades y mejorando la calidad de vida de aquellos con mayores dificultades. La ausencia de la asociación deja un vacío significativo en la ciudad. Los profesionales y voluntarios que han formado parte de esta familia solidaria ya no podrán implementar sus valiosos programas que han sido un faro de esperanza para muchos.
Sin embargo, en el comunicado de despedida, la asociación confía en que otros tomarán el relevo, llevando adelante la antorcha de la solidaridad y la acción social en la región. El agradecimiento resonó en las palabras de despedida; al ayuntamiento, a la diputación, a la gerencia de servicios sociales y a todas las entidades del tercer sector. Aunque cierra sus puertas, su legado perdurará en cada vida tocada por su compromiso y amor desinteresado. Una luz en tiempos oscuros y una parte fundamental de la historia de Zamora.