Las cosas de palacio van despacio y en el caso del Sacyl el refrán se queda corto. Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería de Zamora y Castilla y León llevan dos años esperando que Sanidad resuelva los procesos de empleo pendientes para poder trabajar.
En la comunidad son 1.069 los profesionales que esperan poder elegir plaza, tras conseguirla en las oposiciones que se celebraron hace ya dos años. De hecho, ayer, 27 de abril, se cumplieron 24 meses de aquel examen y los TCAE siguen a la espera.
En Zamora, la demora afecta a unas 100 personas con nombres y apellidos que aun no saben cuantas plazas van a salir en su ciudad, la mayoría mujeres, con circunstancias personales muy diversas. Una de ellas comenta que espera en casa mientras cobra el paro, pero otras ni siquiera tienen ingresos. Las que trabajan lo hacen como temporales o interinas y al no tener plaza, “nos zarandean de un servicio a otro, firmamos contratos de 1 mes, o de 1 día o nos llaman a las 10 de la mañana para incorporarte a trabajar esa misma tarde”, afirman.
Reconocen que han llorado y que la situación supone para ellos un desgaste psicológico “tremendo”. La falta de información y la demora en la adjudicación de plazas está trastocando sus vidas. Se sienten solos y desamparados ante una Administración que no les explica la causa del retraso y que se escuda en la resolución de los recursos de alzada presentados por el listado de méritos para justificar el retraso.
“Es una excusa tonta”, aseguran, porque "los recursos van por otra vía y nunca paralizan los procesos selectivos". Además, explican que “el plazo de resolución de esos recursos concluyó el pasado mes de marzo”. De todas maneras, ante este pretexto, sindicatos como CSIF han exigido a Sanidad que contrate el personal suficiente para que se puedan finalizar las tramitaciones y las revisiones pendientes.
La falta de respuesta les ha llevado a presentar un escrito ante el Procurador del Común en el que reclaman la agilización del proceso. Las quejas han sido admitidas a trámite por el Defensor del Pueblo y esperan que sirvan para que el Sacyl deje de propiciar la inestabilidad laboral y el desánimo entre un colectivo que ha abierto otro frente de lucha: también reivindican un nivel de cualificación acorde con el trabajo que desempeñan, lo que se traduciría subir a una categoría C1.
Los profesionales afectados en Zamora recalcan, además, que las oposiciones en Castilla y León son “más duras que en otras comunidades” e insisten en que el retraso del Sacyl puede "alejarlas del destino elegido” si los opositores que se examinaron en otras autonomías como Andalucía, que ya ha resuelto el proceso, piden comisión de servicio en Castilla y León.
“Nos examinamos en nuestra comunidad para quedarnos a trabajar cerca y no trastocar a la familia, y resulta que el que se examina fuera logra llegar aquí antes que nosotras”, lamentan.
Muchos han estado en primera línea, han vivido y sufrido de cerca la COVID con experiencias que algunos reconocen que “prefieren olvidar”. No quieren recompensa, pero si que se les reconozca lo que es suyo. “Hemos estudiado mucho, con niños pequeños a nuestro cuidado y ahora solo queremos trabajar”, zanjan, mientras desean que el Sacyl no alargue su "angustia" muchos meses más.