La Asociación de Vecinos del Casco Antiguo continúa ampliando su oferta semanal con actividades que buscan mejorar el bienestar del barrio. Entre ellas destaca una propuesta que, aunque cada vez más presente en entornos urbanos, sigue despertando curiosidad: el baño de sonido, una técnica que acompaña a la habitual sesión de yoga de los jueves.
Lejos de cualquier exotismo, el baño de sonido consiste en sumergirse —literalmente— en una atmósfera acústica creada con cuencos tibetanos, campanas, instrumentos de vibración suave y ritmos lentos. El objetivo es sencillo: inducir un estado de relajación profunda sin más esfuerzo que tumbarse y dejarse llevar. Una forma eficaz de resetear la semana y salir con esa calma que ni el empedrado del casco histórico logran alterar.
Con esta programación, la Asociación consolida su apuesta por llenar la vida del barrio de iniciativas que no solo dinamizan, sino que introducen prácticas poco habituales en la agenda vecinal.