En la tarde de hoy, 2 de noviembre, el cementerio de San Atilano recibía a decenas de zamoranos que acudían con respeto y solemnidad para participar en la tradicional procesión organizada por la Cofradía de Ánimas. Este acto, que rinde homenaje a los seres queridos que han partido, se ha convertido en una costumbre arraigada en la comunidad, convirtiendo esta fecha en un momento de reflexión y conexión espiritual.
A las 20:15 horas, el sonido de las campanas marcó el inicio de la marcha, que reunió a familiares y amigos en un recorrido que transcurrió entre las tumbas iluminadas por la tenue luz de las velas. Con el Santo Cristo del Perdón al frente, los asistentes se unieron en oración, rezando el Santo Rosario en memoria de aquellos que descansan en la paz del Señor.
El ambiente se llenó de una mezcla de nostalgia y esperanza, mientras las voces se unían en un eco de recuerdos compartidos. La Cofradía de Ánimas, encargada de guiar este homenaje, destacó una vez más su papel fundamental en la preservación de las tradiciones locales, proporcionando un espacio para que los zamoranos honren a sus difuntos en un contexto de comunidad y respeto.
Al finalizar la procesión, el coro de la Hermandad Penitencial de Nuestro Señor Jesús de Luz y Vida ofreció un emotivo cántico que resonó en el aire, brindando un cierre significativo a la jornada. La melodía envolvió a los presentes, recordando que, aunque los ausentes ya no caminan entre nosotros, sus memorias permanecen vivas en el corazón de quienes los amaron.
