Diversas obras en Balborraz y el centro urbano vienen a sumarse a los grandes murales realizados en la trasera del Ayuntamiento o el mirador del Troncoso, entre otras.
Frente a quienes destrozan la ciudad con sus pintadas y graffitis descontrolados y de dudoso gusto, la ciudad continúa embelleciéndose con obras de jóvenes artistas y grafiteros que plasman sus murales en distintas fachadas y muros, contribuyendo a dar una imagen mucho más amable a los visitantes.
Además de los grandes murales en el Ayuntamiento, la calle Luis Ulloa Pereira, el mirador del Troncoso o el trampantojo de la Rúa de los Francos, entre otros, a esta nómina de obras de arte callejero se unen nuevas contribuciones.
Es el caso del gran loro que luce en una de las fachadas de la calle de Balborraz, realizado por Alejandro por iniciativa de los propios vecinos del inmueble, a quienes el Ayuntamiento facilitó la infraestructura para poder realizar el mural.
Otras pinturas urbanas en la zona del centro contribuyen a hacer una ciudad estéticamente más bonita, como una bicicleta en la calle Diego de Ordax que embellece notablemente la tapia de un solar en pleno corazón de Zamora, así como las realizadas en la fachada de un establecimiento comercial de San Torcuato.
Estas, y no las otras, son las pinturas que realzan el trazado urbano de la ciudad y las que quieren ver los ciudadanos. Ahora sólo resta que las respeten.