Incluso los medios nacionales se hacían eco de la noticia. Tres iglesias románicas de un valor patrimonial se convierten en la diana de los vándalos y se llenan de grafitis. Una imagen, lamentablemente, bastante común en Zamora.
La ciudad se ve invadida con centenares de pintadas anónimas y de dudoso gusto que afean parques, calles, monumentos y edificios emblemáticos y cuestan a las arcas públicas miles de euros anuales para su limpieza y eliminación, además de ofrecer una lamentable imagen de suciedad y abandono a los turistas que la visitan.
Da igual igual el día. No importa, pero no hay semana en la que vecinos denuncien esta situación. Pintadas en lugares que afectan considerablemente a la imagen de la ciudad. Y empañan la imagen de Zamora.
Pero, por si no fuera suficiente, también basura. Así lo ha denunciado una vecina de Zamora que se muestra con "impotencia total" al encontrar bolsas repletas de basura en la puerta de la Iglesia de San Esteban. Algo, ha dicho, que ya ha ocurrido en más de una ocasión.
