Petición al Parlamento Europeo: exigen investigar la posible negligencia de la Junta en la prevención de incendios forestales

La gestión de los incendios forestales en Castilla y León vuelve a estar bajo la lupa. Esta semana se ha registrado en el Parlamento Europeo una petición formal para que se investigue si la Junta de Castilla y León ha incumplido sus obligaciones de prevención y protección frente a los grandes fuegos que en los últimos años han devastado la comunidad y, especialmente, la provincia de Zamora.
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La petición, que ejerce el derecho ciudadano reconocido en la Unión Europea, denuncia que lo ocurrido en Zamora no es un hecho aislado sino la muestra de un patrón reiterado de negligencia institucional, con recortes, decisiones políticas y bloqueos normativos que han debilitado la capacidad de prevención y respuesta frente a emergencias previsibles.

Zamora, epicentro de la catástrofe

En apenas cinco años, la provincia zamorana ha visto arder más de 100.000 hectáreas de espacios incluidos en la Red Natura 2000, con ejemplos tan dramáticos como la Sierra de la Culebra (66.000 ha en 2022) o el Parque Natural del Lago de Sanabria (25.000 ha en 2025). El documento advierte de que, con los incendios de este verano, Castilla y León ha sufrido la campaña más grave de lo que va de siglo, con 160.000 hectáreas arrasadas, 60 pueblos evacuados y decenas de vidas humanas perdidas.

El escrito recuerda además que, tras el desastre de la Sierra de la Culebra, más de 62.000 ciudadanos exigieron la dimisión del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, por haber considerado “absurdo y un despilfarro” mantener un operativo contraincendios activo durante todo el año. Tres años después, el clamor social se ve reforzado con nuevas tragedias aún mayores.

Una política deliberada de debilitamiento

La petición subraya que no se trata de fallos puntuales, sino de un patrón planificado:

  • En 2022, PP y Vox rechazaron en las Cortes de Castilla y León una propuesta para mantener un operativo activo durante todo el año, pese a que la Sierra de la Culebra acababa de sufrir el mayor incendio de su historia.

  • En 2024, bloquearon la tramitación de una ley que habría reconocido la figura del bombero forestal como personal público estable y con cobertura permanente.

  • En 2025, la Junta solo ejecutó parcialmente las partidas presupuestarias destinadas a prevención, dejando sin aplicar recursos ya presupuestados para reforzar el operativo.

El resultado, denuncia el texto, es un operativo precarizado y debilitado que afronta incendios cada vez más virulentos sin medios ni estabilidad.

Daño europeo y mundial

La magnitud de lo perdido es de dimensión europea: el hábitat del lobo ibérico en la Sierra de la Culebra, reconocido por la Directiva Hábitats, ha sido arrasado; el Lago de Sanabria ha sufrido un daño irreparable; Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad, se han visto amenazadas; y reservas clave para especies como el oso pardo o el urogallo han quedado gravemente afectadas.

La petición recuerda que extinguir un incendio cuesta hasta seis veces más que prevenirlo, por lo que además de la destrucción ambiental y social, la política de desprotección resulta económicamente irracional.

Lo que se pide a la Unión Europea

El documento solicita a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo que:

  • Investigue si la Junta de Castilla y León ha incumplido sus deberes de prevención.

  • Evalúe el uso de los fondos europeos destinados a conservación y prevención.

  • Supervise la restauración ecológica y social de las zonas afectadas.

  • Proponga ajustes normativos que prioricen la protección de espacios naturales al mismo nivel que los bienes materiales.

“No es mala suerte, es negligencia”

La conclusión es clara: cuatro de los diez incendios más grandes de la historia de España han tenido lugar en Castilla y León en los últimos años, tres de ellos en Zamora. Para los impulsores de la petición, esta reiteración “no es fruto de la casualidad, sino de una política negligente y deliberada” que ha colocado en riesgo la vida de comunidades rurales enteras y ha destruido un patrimonio natural y cultural de valor incalculable.

“Zamora y toda la comunidad ya han pagado un precio demasiado alto”, subraya el escrito, que ahora pone la mirada en Bruselas para exigir responsabilidades y garantizar que la historia no vuelva a repetirse.

3. Daño ambiental, social y coste desproporcionado
El principal impacto de esta gestión negligente es la pérdida irreparable de algunos de los espacios naturales y culturales más valiosos de Europa y del mundo:
● La Sierra de la Culebra (Zamora), hábitat emblemático del lobo ibérico, con casi 66.000 ha destruidas en 2022. Esta área alberga la mayor densidad de lobos de toda Europa occidental, y constituye un núcleo poblacional fundamental para la supervivencia de la especie. La destrucción de su hábitat supone un golpe directo a una especie protegida por la normativa europea (Directiva Hábitats) y una pérdida irreparable para el turismo de naturaleza que sostenía a numerosas comunidades locales.
● El Parque Natural del Lago de Sanabria (Zamora), enclave único de ecosistemas glaciares, con 25.000 ha arrasadas en 2025.
● Molezuelas de la Carballeda (Zamora/León), 37.000 ha destruidas en 2025.
● Las Médulas (León), Paisaje Cultural declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997 y, además, espacio protegido por la Red Natura 2000. Su degradación por incendios forestales constituye una doble pérdida: ambiental y cultural, de valor universal excepcional.
● Alto Sil y Montaña Palentina (León y Palencia), reservas clave para especies amenazadas como el oso pardo y el urogallo.
● Otros enclaves de la Red Natura 2000 en Resoba (Palencia), Cipérez (Salamanca) y Cuevas del Valle (Ávila).

La magnitud de lo perdido es incalculable: hablamos de áreas protegidas por normativa europea y, en el caso de Las Médulas, reconocidas como patrimonio mundial de toda la humanidad. Su destrucción supone un retroceso irreparable en biodiversidad, paisaje cultural y patrimonio común.
El impacto social también es devastador: miles de personas evacuadas, decenas de vidas humanas perdidas y comunidades rurales enteras sumidas en la incertidumbre. A nivel económico, la política de desprotección resulta además irracional: extinguir un incendio cuesta hasta seis veces más que prevenirlo. La desidia institucional ha multiplicado los costes económicos mientras permitía una pérdida ambiental, social y cultural irreparable.

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