Un grupo de zamoranos ha realizado esta madrugada la V Peregrinación Nocturna a San Pedro de la Nave.
Bajo la luna llena de julio un grupo de zamoranos ha realizado durante la noche y esta madrugada la V Peregrinación Nocturna a San Pedro de la Nave, que partía a las 11 de la noche de ayer de la iglesia de Santiago del Burgo, en pleno corazón de la ciudad, para llegar sobre las 6.30 de la madrugada al templo visigodo donde tuvo lugar la Eucaristía.
Organizada por la Delegción para la Religión Popular de la Diócesis de Zamora, la peregrinación partía a las 11 de la noche desde la iglesia de Santiago del Burgo para dirigirse en primer lugar hacia la ermira del Cristo de Valderrey, donde los peregrinos rezaron ante el Cristico acompañados del sacerdote Javier Fresno, quien un año más se ocupaba de la intendencia y de la seguridad de los participantes en la comitiva, que tiene por objeto recuperar la memoria de la Zamora peregrina y cruce de caminos en la Ruta Jacobea.
Bajo la luna de julio, el grupo llegaba al pueblo de La Hiniesta, donde cumplieron visita a la Patrona de la Tierra del Pan, para después encaminarse hacia Palomares, ente encinas, cerca del agua, cuando la noche comenzaba a refrescar y el cansancio hacía mella en algunos de los participantes.
Ya en Valdeperdices, tras el rezo en la iglesia de la localidad, el grupo se detuvo para un pequeño almuerzo y reposar fuerzas antes de completar el trayecto hacia San Pedro de la Nave, donde llegaban con las primeras luces del día y la luna aún presidiendo un cielo cada vez más azul. En el templo visigodo, salvado de las aguas del embalse, tuvo lugar una eucaristía para dar gracias por la culminación del camino, a la que siguió un desayuno antes de emprender el regreso a la capital en autobús.
Atrás quedaba una experiencia casi mágica que se consolida cada año y 27 kilómetros de camino, oración y memoria.
