Amarillo, ocre, naranja y rojo, así es la alfombra que comienza a teñir Zamora y dar paso al ambiente frío y lluvioso que deja el otoño. Una alfombra de hojas que amortigua las pisadas y obliga a sacar el teléfono móvil para inmortalizar la estampa que deja a su paso.
Los árboles se preparan para la llegada del invierno y se deshacen de las hojas para poner fin a la fotosíntesis. Una imagen que gusta a los transeúntes. La caída de hojas que deja un espectáculo visual a su paso.
Y es que, las horas de luz disminuyen, la radiación solar es más débil y las plantas dejan de hacer la fotosíntesis. Las hojas dejan de ser útiles y la planta dedica más energía a aquellas que están por llegar.