Compañerismo, confianza, reflexión, conocimiento, descubrimiento e incluso “magia”, estas han sido las palabras escogidas para verbalizar las sensaciones de los catorce integrantes de la última edición de ‘Orgullo de ser mayor’.
Todos ellos han manifestado haber superado sus expectativas iniciales, forjando nuevas relaciones sociales y amistades, y consiguiendo así la integración en la sociedad que se busca con este programa de envejecimiento activo. ¿Lo mejor?, dicen, haberlo hecho mientras disfrutaban de las dinámicas desarrolladas, puntuando muy positivamente las sesiones de memoria, atención, ejercicio físico y desarrollo personal.
A lo largo de los dieciséis encuentros, desarrollados los martes y jueves desde finales de febrero, se ha conseguido crear “una especie de complicidad”, expresado así por ellos mismos; sorprendiéndose incluso y valorando la diferencia generacional.
Y es que se partió de personas de menos de 60 años hasta los 91 del mayor. Lejos de ser un obstáculo, manifiestan, “ha sido muy enriquecedor poder conocernos”. Tanto es así, que el grupo se ha consolidado más allá de estas paredes, surgiendo la idea de quedar para tomar café los 21 de cada mes, coincidiendo con el día en el que finalizó el programa.
