La Plaza de La Marina de Zamora se ha convertido en el escenario donde la magia de la Navidad cobra vida. Pese al paso de los años, la atracción de los ayudantes de Papá Noel continúa siendo un imán para niños y mayores, quienes se reúnen emocionados para ser partícipes de la ilusión y el espíritu festivo que impregnan cada rincón.
Los ayudantes de Papá Noel, ataviados con sus característicos trajes rojos y gorros puntiagudos, reciben a los visitantes con sonrisas y entusiasmo. Los niños, con los ojos brillantes de emoción, se acercan tímidamente para compartir sus deseos y secretos navideños con estos fieles colaboradores.
Sin embargo, la experiencia no termina ahí. Los grandes sillones reales, auténticos tronos de la fantasía navideña, se erigen majestuosos en la plaza, invitando a todos a tomarse fotos junto a ellos. Niños y mayores se abrazan a la tradición, posando con alegría y creando recuerdos inolvidables en este mágico lugar.
Las risas, los cánticos navideños llenan la Plaza de La Marina, haciendo de este espacio un punto de encuentro para los vecinos de la ciudad y provincia durante estas fechas especiales. Padres e hijos, abuelos y nietos, todos se unen en una atmósfera de celebración que contagia el espíritu navideño a cada paso.
Con la llegada de cada visitante, la energía festiva se renueva, consolidando la tradición de acudir a la ciudad durante la temporada navideña. La ilusión y la esperanza se entrelazan en cada gesto, recordándonos el valor de la unión y la alegría que esta época trae consigo.