En silencio y solamente con el aplauso del público sonaban los instrumentos de viento y cuerda para recordar a todos aquellos que ya no están. Que se marcharon y dejaron familias con el corazón roto y el alma en la punta de los dedos. Un homenaje a los que fueron absolutamente todo y que se esconden en cada rincón de nuestro día a día. Y de nuestra memoria. La emoción se vivía a flor de piel a última hora de este sábado en Servicios Funerarios Sever.
La música clásica ponía la nota a cada rincón con más de cincuenta músicos. Grandes melodías de las distintas agrupaciones de la 29ª edición del Curso Internacional de Técnica e Interpretación para Instrumentos de Viento y Cuerda que querían rememorar en Zamora a los que dejaron un hueco en nuestros corazones.
Grandes y pequeños, todos ellos se dieron cita en "sonidos del recuerdo" para disfrutar con cada nota. Para emocionarse con la música. Para sentirse más cerca de esa barrera que separa el cielo de la tierra.
Durante una hora, la música sonó y todos los que se marcharon permanecían en el recuerdo de los asistentes. Ese duelo, ese socavón en el estómago, ese nudo en la garganta. La muerte es la parte más difícil de la vida, no para los que lo pasan, sino para los que quedan atrás.
Con esta iniciativa, Sever sigue con su programa de Responsabilidad Social Corporativa ofreciendo a la sociedad ocio, entretenimiento, cultura y apoyo emocional, ya que la música es un importante conductor para las emociones. Otra manera de ofrecer apoyo emocional a las familias en duelo que deseen evadirse con la música.