La mortalidad en la provincia de Zamora descendió de manera drástica en el cierre del mes de febrero, si bien el cómputo global en lo que llevamos de año deja de nuevo un saldo de crecimiento negativo. Así lo pone de manifiesto el estudio sobre Estimación del número de defunciones semanales que publica el Instituto Nacional de Estadística.
Y es que en la semana ocho se registraron un total de 45 defunciones, lo que supone un 13,47% menos a nivel interanual con respecto a la misma semana del año 2022. La caída es significativa si tenemos en cuenta que el descenso a nivel regional en Castilla y León fue del 5,02% mientras que en todo el país bajó hasta el 3,76%. De esta manera, el descenso ha sido cuatro veces superior al registrado a nivel nacional.
Pero el comportamiento no ha sido homogéneo y el cómputo de las primeras semanas del año ya arrojan un aumento de la mortalidad del 4,11%: 463 zamoranos han perdido la vida frente a los 444 que lo hicieron en las ocho primeras semanas del pasado año, lo que vuelve a afianzar la tendencia demográfica de una provincia que envejece sin remedio.
De hecho, el 31,7% de los decesos registrados en lo que va de año ha sido en la población mayor a los 90 años, seguido de la franja de edad de los 95 a los 90 que representan el 24% y el 15% entre el resto de octogenarios. Al contrario, la horquilla de edad hasta los 50 años tan sólo ha registrado un total de cinco muertes durante las primeras semanas del año, lo que representa un 1,07% del total y tan sólo uno presentaba menos de 25 años.
