Quizá el motivo por el que el zamorano, Manuel Telo, luchará hasta la saciedad por esclarecer uno de los crímenes más empañados, no solo de Extremadura, sino de España, haya sido posible para que un libro, que cuenta toda la verdad, haya reunido a diferentes lectores en la librería Ler Zamora.
Un libro que ha publicado el escritor, Luis Roso sobre un crimen que ocurrió en 1915, en su pueblo -también en el mío. Y no os voy a engañar, se escucharon y se siguen escuchando tantas cosas sobre aquello que ocurrió que era necesaria una publicación como la de Roso-.
El zamorano, Manuel Telo, fue fundamental para la elaboración de este libro. Durante un mes escribió tres mil folios del proceso, a los que ha tenido acceso Roso y los que han permitido, entre muchos otros, que hoy podamos tener un pedazo de todo lo que pasó en nuestras manos.
Con todo ello, Telo luchó hasta la saciedad por salvar a los culpables, que no lo eran. Algo que golpeó su vida personal hasta los últimos días. Un ejemplo de entereza, de creencia y de lucha.
El el verano de 1915, cinco personas fueron brutalmente asesinadas a hachazos -un hombre, dos niñas y dos mujeres, una de ellas embarazada- en una finca de Moraleja (Cáceres). Como consecuencia, cinco campesinos fueron condenados a cadena perpetua después de un oscuro proceso judicial con el que las autoridades buscaban ocultar a los verdaderos asesinos.
El fantasma de una conspiración de primer orden, que podía involucrar a personalidades políticas, oficiales de la Guardia Civil y hasta al terrateniente propietario de la finca, el conde de Malladas, sobrevolaba el caso desde el principio, y este adquirió tanta importancia que llegó a poner a prueba la estabilidad del sistema político y judicial. Desde entonces, y hasta esta documentada investigación, mucho silencio y oscuridad han contemplado a este dramático crimen.
Solamente lleva una semana en el mercado y encabeza la lista de ventas en el género de hechos reales. Y normal. No solamente por los vecinos del municipio de Moraleja que escucharon este crimen durante años, sino por todos los que un día conocieron qué ocurrió en aquella pequeña finca a mediados de julio.