Aunque con cierta incertidumbre por la lluvia, la Cabalgaza no ha fallado y ha salido un año más, llevando a Papá Noel a Zamora para repartir ilusión y regalos entre los más pequeños, muchos de ellos protegidos con paraguas. Esta última jornada previa a la Nochebuena se ha convertido en el broche final de un periplo de desfiles por Castilla y León, que comenzó en Salamanca y recorrió cinco capitales de provincia.
Acompañado por un gran séquito, el desfile ha llenado las calles de la ciudad de un espíritu navideño que se complementa con la iluminación instalada por el Ayuntamiento y Caja Rural por la ciudad. La carroza de Papá Noel, llena de luces y color, ha deslumbrado a los asistentes, mientras que el carrito del lechero, con un gran globo de Gaza, daba paso a un libro de cuento que anunciaba la llegada de cientos de personajes.
Entre hadas, osos polares, duendes y habitantes de Laponia, los niños zamoranos se han agolpado para disfrutar de este espectáculo que lleva más de diez años llenando las calles de magia e ilusión. La cabalgata partió a las 18:30 horas de la Plaza de Toros y recorrió San Torcuato, Plaza de Alemania, calle Víctor Gallego, avenida de las Tres Cruces, calle Amargura, avenida Príncipe de Asturias, calle Santa Clara, finalizando en la Plaza Mayor.
Organizada por la empresa láctea zamorana, la Cabalgaza ha demostrado un año más que Zamora es un punto clave de esta tradición navideña, reuniendo a familias y vecinos en torno a la magia de la Navidad a pesar de la lluvia.
