Días de agradecimiento que tocan a su fin. Los peregrinos zamoranos abandonan el municipio luso de Santiago Da Guarda en el que han permanecido alojados durante los días de experiencia dentro de las Jornadas Mundiales de la Juventud que este año han tenido a Lisboa como sede.
Entre llantos de emoción y agradecimiento sincero por la acogida que le ha brindado este pueblo, los 160 jóvenes zamoranos que forman parte de la expedición diocesana han puesto rumbo a su provincia no sin expresar el profundo recuerdo que guardarán de esta experiencia y, en especial, de la acogida recibida.
Coincidió la despedida con la celebración de su patrón, el apóstol Santiago, día en el que la parroquia celebraba una boda y tres bautizos. Toda una oportunidad para que el obispo de Zamora, Fernando Valera, dirigiese una catequesis dirigida especialmente a los jóvenes que posteriormente pudieron disfrutar de una comida familiar con los lugareños como anfitriones y que vino acompañada de una fiesta popular con bailes regionales y una emotiva ceremonia de despedida.
"Estamos muy felices por todo lo que hemos vivido, han sido unos días preciosos que nos han predispuesto de la mejor manera a asistir al gran encuentro mundial de Lisboa". Con estas palabras se expresaba Florencio Gago, uno de los sacerdotes que acompaña a los jóvenes.
