La hostelería de Zamora hoy de luto, Fallece Guadalupe López el alma mater del Bar Blumen

Cuesta entender el Blumen sin su alma mater, una mujer de las que han resistido como verdaderas heroínas el paso del tiempo y que en los años en los que la vida rompió el trabajo y la conciliación familiar, Lupe dio el todo por el todo.

Torres de bocadillos interminables de calamares, de pimientos y tortilla, de chipirones, jarras de cerveza, especialidades que marcan una época en la capital, la de los soldados que se cambiaban en el baño del bar y que se llevaban la merienda o la cena para sus lugares de residencia. Etapas de la vida que dieron a este bar una época dorada que nunca más volverá. Un añadido espacio de ocio y relaciones que marcó también la edad de oro de la hostelería zamorana, muy esclava pero rentable y con salidas.

Pero Guadalupe, era la verdadera especialidad de la casa, siempre flanqueada por Pepe el infatigable, Ana una especial mujer que cautivó a propios y extraños, Susana la bejamina, una sonrisa siempre en su atención cariñosa, Roberto un luchador nato en todo, Lorenzo hijo el profesor de la familia y Lorenzo padre un pelotari-taxista-emigrante zamorano por los cuatro costados que hacía de patriarca hasta que la enfermedad lo relegó a ese olvido y paciente desconocimiento, y también y por supuesto por Marian la nuera que todo lo daba también, o Merce o Anabel, y por sus nietos que han dado el aliento a su vida en estos últimos años en los que el padre Lorenzo padecía la enfermedad de la falta del recuerdo, maldito alzheimer.

Lupe, era dulce, trabajadora como la que más, amable, pero seria, madre y abuela, cocinera y cuidadora de todos y cada uno de los polluelos de su entorno incluido este que les escribe al que echaba de menos y al que cuando veía reclamaba su atención y cariño que siempre prometo profesé. Hasta en su tata-taca o andador me paraba para darme ese cariño que de su mirada salió siempre hacia mi.

Años atrás esta mujer fue abuela, madre y cocinera de media Zamora y también de muchos soldados de diferentes ciudades y pueblos que pasaron por el Cuartel Viriato que tuvo años de lujo para una ciudad que aún crecía.

Hoy la hostelería de Zamora, la de verdad, tiene un alma más en el cielo, ella resistió ella luchó, ella fue un baluarte para la familia y dio todo hasta el final. El cáncer se la llevó pero los que la queremos no podemos más que recordarla entre fogones, en ese maremagnum de bocadillos que hoy alimentan el alma de los muchos que la queremos aún y que no podemos más que echarla de menos. A toda la familia de ese Bar Blumen que es parte de la historia viva de esta ciudad, nuestro más sentido pésame y todo nuestro reconocimiento, apoyo y cariño en estas jornadas aciagas y sin consuelo.

D.E.P Guadalupe que la tierra no sea ni leve, que en el cielo los fogones te hagan sitio, un descanse en paz duro y cariñoso desde este lado de la barra.

Esta tarde María Auxiliadora acogerá su funeral a partir de las 5 de la tardeblumen.jpg

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